Capítulo 13: ¡Estas en problemas!

Pov Axel

No sé hasta qué hora estuvimos bebiendo, pero ambos quedamos noqueados en los sofás y hubiéramos pasado todo el día durmiendo, si el insistente tono de llamada de un celular no nos despertaba.

-Contesta ese maldito celular antes de que me estalle la cabeza- Refunfuña Franco mientras se estira.

-Atiende tú- respondo, volviendo a cerrar los ojos, pero Franco me sacude haciendo que me levante.

-Es tu madre y tienes más de 80 llamadas perdidas. ¡Estas en problemas! - Me extiende el celular y vuelve a sonar.

📱-Axel ¿Dónde carajos estás? He tratado de localizarte hace más de una hora- suena preocupada, de inmediato todas las alarmas se encienden dentro de mí, me levanto del sofá cuando un sudor frio recorrer todo mi cuerpo.

📲-Mamá ¿Qué pasa? –

📱-Se puede saber ¿por qué le ordenaste a los guardias que no dejaran salir a Valery sin tu autorización? Esa muchacha cuando escucho eso, parecía poseída por el demonio, si no llego en ese momento el guardia hubiera terminado en el hospital, Val estaba dispuesta a pasarle el auto por encima. Trate de hablar con ella para que se calmara, pero esta muy alterada y sigue lanzándote maldiciones mientras empaca sus maletas. Y te digo desde ahora que tiene mi total apoyo, yo no te crie para que seas un psicópata controlador –bastó escuchar eso para que se me quitara la resaca.

📲-Mamá no dejes que se vaya, es un gran malentendido- le ruego, Franco me mira frunciendo el ceño.

📱- No prometo nada, date prisa si la quieres encontrar aquí- me cuelga.

Franco me bombardea con preguntas, pero lo corto diciendo que después le cuento y salgo de su casa. Treinta minutos después, estoy aparcando el auto en el estacionamiento y no sé porque presiento que va a arder Troya cuando pase por esa puerta.

Pov Valery.

Fue un error aceptar vivir con Axel, en que siglo cree que estamos para atreverse a no dejarme salir o acaso piensa que tiene algún derecho sobre mí.

Definitivamente mis teorias de que esta loco cobran cada vez más fuerza, pero no pienso quedarme para comprobarlo.

Estoy bajando la ultima de mis maletas cuando veo entrar a la persona que menos quería ver en estos momentos, miro alrededor buscando a la señora Alexa y el resto de mis maletas, pero no están.

-Val, suelta esa maleta- me ordena, esas palabras vuelven a despertar la rabia en mí.

-Tú no eres nadie para decirme que tengo que hacer- aprieto el agarre en la maleta y paso al lado de él dispuesta a irme, pero antes que pueda llegar a la puerta, me jala hacia él.

-No te iras, tenemos que hablar- su voz suena determinada. ¿No me iré? Quién diablos se cree.

-Si lo que quieres es convencerme de que me quedes, lo siento, pero no lo haré. No estaré encerrada en una jaula de oro, no sé quién te has creído, pero Tú no eres nadie para prohibirme algo. - pronúncio entre dientes.

-No puedes irte, por sí se te olvida mi hijo crece dentro de ti- La rabia se acumula en todo mi ser y ataco.

-Puedo y lo haré, Ser el padre de mi bebé no te da ningún derecho sobre mí, no eres mi padre, no eres mi hermano, no eres mi pareja, no significas nada para mí. Por sí a ti se te olvida, te recuerdo que este bebé fue concebido sin mi consentimiento y aún estoy a tiempo de enmendar ese error- Llevo una mano a mi boca, el enojo hizo que no midiera mis palabras y le diera un golpe bajo. ¿Qué demonios acabo de hacer? Jamás he pensado que mi bebé sea un error, no quería lastimarlo de esa manera, quiero disculparme, pero las palabras se quedan atoradas en mi garganta.

-No dejare que lastimes a nuestro hijo- Sus ojos se tornan oscuros y aprieta su agarre, una sensación de miedo se apodera de mí.

-A… A…Axel, lo siento. No Qui…-- pone un dedo en mis labios para hacerme callar.

-Shh, shh, no digas nada. Calladita te ves más bonita-

-Calladita no me veo más bonita, yo soy preciosa cuando digo lo que pienso y lucho por lo que quiero- Sé que no es momento para discutir, y echarle más leña al fuego, pero ese es mi maldito problema no puedo callarme cuando algo no me parece, así me criaron mis papás.

-TE DIJE QUE TE CALLARAS- su grito me sobresalta y hace que mis ojos se agüen ¡Malditas hormonas!, empiezo a retroceder hasta que doy con la pared, él aprovecha para acorralarme - No llores, no voy a hacerte nada. Aún – recalca la última palabra, siento como me alza en sus brazos estilo princesa y comienza a subir las escaleras, ¿Dónde está la señora Alexa? Que alguien venga y me ayude.

-Axel ¿Qué haces? Bájame por fav- niega con la cabeza.

-Fierecilla si sigues hablando tu castigo será peor y no intentes pedir ayuda estamos completamente solos- sus labios se curvan en una sonrisa que me hace tragar grueso.

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