un contrato

Mi padre piensa que estoy en Inglaterra, porque ahí están los mejores doctores para tratar mi problema. La verdad es que estos últimos cuatro años estuve estudiando, si visito a un doctor, pero mi tiempo lo ocupo para estudiar.

Le dije que mi tratamiento finalizó y que estudiaría estos dos últimos años en Japón para aprender el idioma y las costumbres antes de casarme. El acepto, la verdad es que solo viajó a Japón los fines de semana pero por negocios y me tomo fotos para que sean mi evidencia.

Solo regreso para el verano y navidad. El año pasado, falte en navidad estaba en exámenes finales y le dije a mi padre que el doctor me había recomendado que me quedara.

Mi padre como siempre está ocupado, me creía.

Llegó el verano la verdad no quería regresar a mi casa, tenía mucho trabajo, ya pasó un año exacto.

Cuando llegue mi hermano salía de mi casa, con una chica.

- Hola hermanita.

- Hola Vladimir.

- Te presento a Rebeca mi novia.

- Hola mucho gusto

- Tu hermano habla tanto de ti, que moría por conocerte.

- Bueno aquí estoy, dije sonriendo.

- Es verdad que te vas a casar con alguien que no conoces.

-Si eso creo.

- Vaya puedo saber ¿por que?

Yo me reía creo que la novia de mi hermano es algo chismosa.

- Porqué no comprometes tus sentimientos solo es un contrato. Si no funciona solo se llega a un acuerdo y finalizas el contrato.

- Pero y que hay del amor.

- Bueno creo que ya tuve suficiente experiencia en entregar mis sentimientos y no me gustó.

- Vaya pues espero que todo salga bien.

- Gracias

Mi terapeuta dice que debo abrir mi corazón de nuevo. Pero tengo miedo a volver a las pastillas. No me gusta estar medicada me siento tan mal. Una doctora dijo que exageraron en mi tratamiento y que el único problema es que viví una infancia complicada, la ausencia de mi padre me provoca querer complacer a mi pareja para que no me dejen.

Estás terapias me ayudan a ser independiente y no depender de una pareja.

Me gusta ver en la mujer que me convertí, no necesito tener un hombre a mi lado y si me caso será solo un contrato, pensé que cuando conozca a mi prometido cambiare unas cláusulas quiero seguir trabajando.

Claro que me arrepiento de este compromiso, acepte este contrato, porque me encontraba en el hospital amarrada que podía hacer más que aceptar. Era mi boleto de salida. También sabía que aún no superó, que no tengo que complacer a mi padre, tan fácil es decirle que no me quiero casar, pero no puedo. Aún trabajo en ello.

Lisa dice que necesito un motor en mi vida, que me ayude a decirle a mi padre que no quiero casarme.

Entre a mi habitación, aún tengo contacto con Susi, es una chica agradable.

La invite a mi casa, quería platicar con alguien y me acompañará a mis clases privadas de cocina. Se que ya son muchas pero aún no puedo cocinar.

- Hola Susi

- Hola Antonella.

- Ven vamos a nadar.

Le prometí que le enseñaría al regresar este verano. Si ella me acompañaba a mis clases.

Acepto. Nadamos toda la tarde y platicamos de tanto.

El chef llegó, Susi y yo aprendíamos a preparar arroz, por primera vez lo logré.

Estaba súper emocionada.

Susi me abrazaba.

Decidimos ir a celebrar, ella me invitó a salir con sus amigas, Susi acaba de entrar a estudiar para ser chef en la universidad.

Cuando llegamos al bar comenzamos a beber, yo solo tome dos copas, no quería perderme en alcohol apenas termine mi tratamiento.

Ya era tarde Susi se despedía de mí, tenía que regresar a casa. La subía al taxi ella no quiso que la llevara a su casa. Lo que me tranquilizó es que ella no tomo más que solo dos cervezas sabía que iba bien.

- ¿Antonella?

Gire para mirar quién me llamaba.

- ¡Alexander!, Dije sorprendida.

- ¿Cómo estás?

- Bien

- ¿Te gustaría ir a cenar?

- No puedo, gracias

Me subí a mi auto, el me miraba con una sonrisa.

Cuando llegue a casa papá tenia su propia fiesta en el jardín.

Subí a mi habitación, comencé a trabajar tenía correos que revisar.

Tenia mucha sed, baje a la cocina. Sabía que las fiestas de mi padre siempre se alargan.

Encendí la luz de la cocina.

- ¿Que haces aquí? , grite.

- Mi papá me habló para que lo lleve a casa, pero el señor no se quiere ir. Así que estaba tratando de dormir mañana tengo un día ocupado.

- Ok apague la luz. Abrí el refrigerador para tomar una botella.

Entonces sentí sus manos en mi cintura, su miembro en mis nalgas.

- Eres una traviesa, la última vez me dejaste tan caliente. Y ahora te apareces con esa pijama y me apagas la luz.

- Alex no, yo en verdad no sabía que estabas aquí, apague la luz porqué querías dormir.

- Tienes que pagar por lo que me hiciste.

- Yo, ¡tú te burlaste de mi!

- Pero tú seguiste con el juego, cuando llegaste a mi oficina. Te fuiste y no dijiste nada. Solo fue un lindo recuerdo de verano. Pero me encantaría tener otro lindo recuerdo de verano. Decía apretando con sus brazos mi cintura.

- ¿Sin ataduras?, solo tú y yo jugando, dije nerviosa

Sentí sus manos en mis entrepiernas.

- ¡Lo siento!, dije nerviosa

El me soltó.

- Antonella se que te vas a casar pero no puedes llegar y dejarme así.

- Lo siento, pero estaba molesta me engañaste .

- Si, pero porqué me gustas.

- Hagamos un contrato.

- ¿Que?

- Si que se llame lindo recuerdo de verano.

- Estos dos veranos juguemos a tocarnos, nada de sexo. Y después todo sigue igual como antes.

El se reía.