Capítulo 14

Laurent Vitale

"4 años después"

8:00 a.m

Mi despertador sonó como siempre y a la misma hora. Hoy es un día muy ajetreado en la empresa, ya que hay una junta muy importante, de la cual no se sabe nada debido a que el señor Vólkov no a dicho nada. ¿Se preguntarán por qué después de todo lo que me pasó sigo trabajando en V Exportex? La respuesta es simple. Mi jefe no aceptó mi renuncia, ya que él decía que ser madre soltera no era motivo para un despido. Y como yo no podía decirle que mi verdadero motivo, era que estaba embrazada de uno de sus hijos, pues tuve que quedarme.

Después de preparar el desayuno para Ángel y para mí. Fui arreglarme en lo que se enfriaba un poco.

Me puse una blusa negra sencilla con encajes en las mangas y la acompañé con una falda lápiz color gris. La cual tenía unos botones decorativos. Para el maquillaje usé colores sencillos para no ser tan extravagante y por último me coloqué unos zapatos de tacón negros y un bolso del mismo color. Una vez estuve lista dejé mi pelo caer en ondas y fui a despertar a mi tesoro, el cual seguía durmiendo en la misma posición en que lo dejé anoche.

Estoy sentada en el borde de la cama pellizcando sus cachetes y él se remueve entre las sábanas escondiéndose en ellas.

_No mami, déjame _Me dice mi bebé.

_No, ningún déjeme, señorito. Hoy te llevaré al trabajo conmigo, así que a levantarse _Dije repartiendo besos por todos lados.

Al decirle eso, sacó un poco su cabecita de abajo de las sábanas para sonreírme.

_¿Y podré ver a tito Vimir?_Dijo refiriéndose al señor Vladimir, ya que su nombre no lo pronuncia bien todavía.

_Claro que si mi amor, pero para eso hay que ir a lavarse los dientes y debes arreglarte.

_¡Uppaaa! _Dijo poniéndose de pie, para dar saltos en la cama _Voy a ver a tito Vimir.

_Si bebé, pero corre al baño o llegaremos tarde.

_Si mami _Él bajó de la cama y fue corriendo hacia el baño, pero luego regresó me dio un beso y se volvió a ir.

Sonrío como boba ante ese hermoso gesto de cariño, recibido por mi pequeño hijo. Mientras recojo la cama y pongo todo en su lugar, pienso en lo cariñoso que es mi hijo con el señor Vladimir. Siempre habla con él y le da cariño. Cosa que ha puesto celoso a mi papá en varias ocasiones, pero él sabe que Ángel lo adora y solo lo deja ser. Aparte también comprende que el señor Vladimir, es el abuelo paterno de mi hijo aunque nadie lo sabe.

Mi hijo sin saberlo, ha creado una fuerte conexión con sus abuelos paternos. Sé que tal vez no esté bien el hecho de ocultarles que son familia. Pero simplemente no me atrevo a decirles. El miedo de que ellos rechacen a Ángel como lo hizo su propio padre, me invade. Es por eso también que no he dicho nada.

Estos cuatro años, han sido muy duros para mí, sobre todo en el tiempo de mi embarazo. Si soy sincera en algo, les diría que por todo un año. Mantuve la esperanza de que Santiago volviera para conocer a su hijo y pedir perdón por todas las cosas horribles que dijo aquel día. Lo cual ya no tiene importancia, porque nunca lo hizo y mis esperanzas se fueron el día que vi los lindos ojos de Ángel mirándome. Así que desde ese día, decidí que yo seria madre y padre a la vez. Y que cuidaría de mi hijo con uñas y dientes si era necesario.

(...)

Luego de arreglar a Ángel, me quedé viendo lo lindo que se veía. Llevaba una camisa azul con una pajarita, acompañado de un pantalón con tirantes y unos zapatos marrón claros que le hacían juego con su bello pelo rubio. Él estaba delante del espejo cuando me dijo.

_Estoy lindo, mami. Yo voy a tener muchas novias cuando sea grande.

_Estas hermoso mi amor y sé que muchas niñas te adorarán, pero cuidado y las quieres más que a mami _Dije celosa y es verdad, ya que no quiero que mi bebé crezca nunca.

_Eso lo sé, nunca nadie te va a querer más que yo.

_Bueno más te vale, pero ahora ¿Será que el jovencito nos deja irnos? _Pregunté divertida.

_Sip, ya podemos irnos _Dejé un beso en su frente y salimos de la casa.

Cuarenta minutos después, estoy aparcando en el estacionamiento y bajando con Ángel. Entramos al edificio y dejo los buenos días al portero que siempre me saluda con una gran sonrisa. Tomamos el ascensor y marcamos al último piso y en lo que subíamos, Ángel iba cantando la melodía de fondo.

Cuando salgo del elevador, Ángel va corriendo con sus piernas chiquitas por los pasillos rumbo a mi oficina. Yo no hago más que sonreír y sin más, lo vi tropezar con alguien y caer sobre su redondo trasero.

Corro para ver que no se hizo nada y veo que la persona con la que chocó, lo está ayudando a levantarse.

_¿Estás bien pequeño?

Pregunta el que hasta hace unos segundos, era un desconocido y yo me sentí morir. Ángel le sonríe y asiente con su cabeza afirmando estar bien. Él acaricia el pelo de mi hijo y a mí un miedo me invade todo el cuerpo. Solo atino a separar a mi pequeño de su lado. Al incorporarse no puedo evitar retroceder y ocultar a Ángel detrás de mí.

_No te quiero cerca de mi hijo, que sea la última vez que te acerques a él.

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