Capítulo 12

Santiago Vólkov

Estaba en mi habitación preparando las maletas para regresar a Rusia en pocas horas, cuando mi nana viene a decirme que una linda chica había venido buscándome. Al principio me sorprendí por su comentario, pero luego de cinco minutos decidí ir a ver de quien se trataba. Cuando llegué a la sala, mi sorpresa iba en aumento porque no podía creer lo que estaba viendo.

Laurent Vitale, la misma que viste y calza estaba parada justo en medio de mi sala y debo reconocer que se ve divina con esa ropa. Ella esta entretenida mirando la decoración de mi casa, que no se ha dado cuenta de que estoy detrás de ella.

Aclaro mi garganta para llamar su atención y ella da un pequeño salto el cual me produce gracia, pero no se lo demuestro. Ella voltea y se me queda mirando con esos hermosos ojos, que no había podido admirar desde hace un mes y puedo percibir que está nerviosa. Por lo que despierta más mi interés y quiero saber que la hizo venir a verme.

_¿A qué debo su visita? _Le pregunto en un tono frío, para no dar a notar mi interés.

_Vengo a decirle algo muy importante _Dice con cierto temblor en su voz.

_Entonces venga conmigo, hablaremos en mi despacho _Digo sin más y me dirijo hacia él.

Una vez dentro de mi despacho, desabrocho mi saco y tomo asiento. Pero cuando levanto la vista hacia ella, aún sigue de pie en el mismo lugar.

_Toma asiento, por favor _Dije de modo cortés, pero distante _ Te escucho, soy todo oídos.

_La verdad no hace falta que me siente, lo que voy a decirte no se tarda ni dos minutos _Dijo aun más nerviosa y casi podía jurar que temblando.

_Bien, entonces habla _Dije.

Ella miraba el piso y luego sus manos, estaba casi pálida y a punto de sudar frío. No sabía que le pasaba, pero sin duda esto me estaba enloqueciendo.

_¿Y bien? _Pregunté sacándola del trance en el que ella sola se había metido _No tengo todo el día ¿Qué es lo que me querías decir?

Y sin esperarme lo que salió de su boca, todo mi ser se congeló de inmediato.

_Estoy embarazada...

Estoy embarazada... embarazada ... Esto no podía estar pasando. Yo estaba sin decir ni una palabra y ella estaba ahí, parada en medio de mi despacho temblando como perro mojado.

Después de varios minutos de silencio incómodo entre ambos, comencé a hablar sin sentido alguno en mis palabras ...

_¿Cuánto quieres? _Fue lo primero que vino a mi mente.

_¿De qué estás hablando?_Preguntó sin entender.

_Dime cuanto quieres, para resolver el problema.

Lo pude ver en su rostro, ella había caído en lo que le estaba diciendo. Su expresión cambio de confundida y asustada, ha una de furia y enojo. Por lo que automáticamente, puso una de sus manos en su vientre para protegerlo.

_¿Estás loco? Yo no voy a dejar que le hagas daño a mi bebé ¿Cómo puedes querer matar a una criatura inocente? _ Me levanté de mi silla y fui directo hacia ella para verla de frente, pero retrocedió _ Aléjate de mi _ Me dijo con miedo.

_Deja de hacer esta escena por favor. Dime algo ¿Ese siempre fue tu plan? Acostarte con uno de nosotros y quedar embarazada, para luego sacar ventaja.

_¿De qué estás hablando? _ La interrumpí.

_No se haga, si piensa que me sacará dinero está muy equivocada. Escogió al hermano incorrecto. Así que si aborta, será mejor para usted. Pero esperé... ¿Cómo sé que el hijo que estás esperando es mío? Puede ser de cualquier otro. ¿Cómo sé que no te revolcaste con alguien más como una zorra?

Sin verlo venir, su mano se estampó de lleno contra mi cara sin contemplación. Mi rostro ardía por la fuerza aplicada para el golpe y debo de admitir que no fue nada suave. Al voltear mi rostro, pude ver el error que había cometido y todos los disparates que había dicho. La mirada de ella expresaba rabia, odio, asco y furia. Los cuales venían acompañados de lágrimas que no dejaban de caer. Pero ni modo, lo hecho, hecho está y no se puede cambiar.

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