capítulo 13- desafío

Roxane iba llegando al palacio, cuando es interceptada por un par de doncellas de dicho lugar, una de ellas le dice que la emperatriz desea hablar con ella, así que debe seguirlas, Roxane solo hace un gesto de molestia chasqueando la lengua, pero termina siguiendo a las doncellas, pues no puede solo ignorar la petición de la emperatriz Alondra, caminan por un pasillo, hasta alejarse del palacio principal, ahí la guían hasta un jardín donde la emperatriz esta sentada bebiendo tranquilamente el té, Roxane la observa después de hacerle una reverencia, era justo como la describe la novela, una mujer que pese a sus 40 años, luce perfectamente joven, una belleza que cautivo a todos, a excepción de un hombre.

Si, ese hombre, fue el emperador, quien solo la tomo como su emperatriz, por meras razones políticas, incluso, solo estuvo con ella, para engendrar a sus hijos, esos serían Reese y Ariel; por más que ella lo intento, el emperador jamás la quiso, pues él, se enamoró de otra mujer, a la cual trajo al palacio con el titulo de reina, esa mujer, es la madre de Alek, por ello, ese chico era más favorecido que Reese, lo que causo un poco de rivalidad, una que se reforzó cuando Alek se fijo en Roxane, la protagonista y la cual ya se había enamorado de Reese, incluso se gano el favor de la emperatriz, ya que esta la vio como un medio para deshacerse de Alek. Roxane solo pensó "absurdo" para después ser sacada de sus pensamientos por la emperatriz quien enojada le repetía la pregunta que había hecho mientras Roxane se perdía en sus pensamientos.

- lo siento majestad, soy algo distraída...

- ¿cuanto quieres? Dime tu precio.

- ¿eh? No comprendo majestad.

- no te hagas la tonta, se bien que has seducido a mi hijo, no eres nada más que una trepadora.

"Ah, así que es eso, vieja loca" es lo primero que pensó, aunque por sus estatus no puede decirle nada, Roxane sonríe.

- sigo sin comprender majestad, porque parece que no ha escuchado como es el realidad la situación y es que es el príncipe Reese es quien me sigue insistiendo, cuando ya le deje claro que no quiero nada con él.

La emperatriz aprieta los dientes, no puede creer cuan descarada es la chica, hablando como si su hijo fuese un acosador.

- tonterías, esta claro que solo eres una ambiciosa, que desea subir rápidamente su estatus.

- no majestad, quizás si deseo subir mi estatus, pero ¿para que quiero ser una simple princesa? Si hay algo mucho mejor y eso es...ser la futura emperatriz, el príncipe Alek, es él quien vale la pena seducir...

Roxane le sonríe manteniendo una mirada afilada hacia la emperatriz, la cual su mano tiembla ligeramente sacudiendo la taza que tiene en ella, por supuesto que esta molesta, pues acaban de echarle en cara, que su hijo no es el heredero.

- espero que con eso, su majestad este tranquila, su hijo, no me sirve.

Sin más Roxane se inclina y se apresura a salir de ahí, mientras que la emperatriz lanza la taza que tiene en la mano.

- ¡voy a matarla! Maldita mujerzuela!

Roxane avanza por el pasillo a paso rápido, no vaya ser que alguien la siga, hasta que choca y como iba a prisa, pasa a caerse, pero alguien la sostiene de la cintura, al levantar la vista, nota que era el príncipe Alek.

- alteza...yo...lo siento...

Roxane posa sus manos sobre el pecho del chico y se muestra avergonzada por la situación.

- ¿esta bien? Debe fijarse cuando camina o podría salir herida.

- lo haré, se lo agradezco majestad...pero...creo que ya puede solarme...

Alek reacciona y aparta la mano avergonzado, lo hizo por instinto.

- lo lamento, espero no haberla incomodado.

- no, no lo hizo...

Roxane le hace una reverencia pero mantiene su vista atenta al príncipe, quien aun sigue sonrojado: la chica se retira, pero sonríe, ya que por las reacciones de Alek, parece ser que tiene alguna posibilidad.

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