El día de mi boda.

Hoy amaneció con tanto Sol, como hace mucho tiempo no amanecía, el cielo brillaba de un dorado precios, todo indicaba que sería un excelente día.

Abrí mis ojos y tomé mi bata de dormir, Me envolví en ella y bajé por las escaleras, camine hacia la cocina y me serví un poco de café.

El sol era hermoso pero aún había un poco de fresco y hasta la piel se me erizaba. El timbre de la puerta sonó, camina hacia ella y la abrí enseguida mi corazón empezó a latir muy rápido. Ahí estaban mis padres, habían viajado desde london, hasta París para estar presentes el día de mi boda, nada me hacía más feliz que eso.

Stefania: Cielo.

Arisbeth: Mami.

Mi madre me abrazo muy fuerte, tan fuerte que sentía el latir de su corazón.

Richard: No piensas saludar a este viejo?.

Corrí hacia él y me aventé encima de sus brazos, el me abrazo muy fuerte y me giró tal cual como cuando yo era una niña, los había extrañado tanto y tenía tanto tiempo sin verlos, que en ese momento me sentí muy plena.

Arisbeth: Los extrañe, demasiado.

Stefania: Dónde está Arthur?.

Yo no tenía idea de dónde estaba él me había dicho que sólo iría un rato a la empresa y antes de que mis padres llegaran el estaría de regreso.

Entonces el auto estaciono, Arthur bajo de él y caminó hasta nosotros con una enorme sonrisa que adornaba su cara.

Arthur: Señora y Señor Bernard, que gusto verlos.

Stefania: Por favor, hablame como debe de ser, ahora soy tu suegra.

El abrazo muy fuerte a mamá como acostumbraba a hacerlo cuando éramos niños.

Arthur: Te extrañe Stefania.

Stefania: Cariño y yo a ti.

Richard: Al parecer nadie quiere saludar a este viejo.

Arthur: Richard, te vez espectacular.

Tomó de la mano a mi padre y lo abrazó extrañaba verlos juntos.

Richard: Entonces por fin lograste tu cometido Arthur, Ya era hora de que te armaras de valor y le dijeras a mi hija lo que sentías.

Arisbeth: Es enserio que hasta tú te habías dado cuenta papi?.

Stefania: Dios era inevitable no verlo él jamás se separaba de ti.

Arthur: Bueno que les puedo decir lame desde un principio.

Stefania: En dónde está la peculiar Maggi? aún no llega.

En ese momento una limosina estaciono, todos sabíamos que se trataba de mi suegra, pues era tan excéntrica que no viajaba a ni un solo lugar sin un chofer y una limosina.

Maggi: Queridos.

su melodiosa voz llamó la atención de todos en el lugar hasta del jardinero.

Arthur: Madre.

Era extraño ver a la señora Williams sin su esposo, pues desde hace ya 5 años él había fallecido de un cáncer mortal.

Maggi: Nadie piensa ayudarme.

Artur corrió hacia la limusina y la ayudó a bajar sus dos maletas, Yo pensé que era demasiado equipaje ya que sólo se quedaría ese día.

Maggi: Ari, cielo, te vez preciosa.

Ella era muy adorable, ya que yo sabía que no me veía preciosa, pues me estaba despertando apenas y tenía la bata de dormir.

Arisbeth: Gracias Maggi, tu te vez espectacular.

Entonces el momento llegó, las dos amigas se reencontraron después de tantos años de estar separadas.

Maggi: Stephania, amiga, que gusto.

Stephania: Cariño, que bella estás.

Ellas se abrazaron y se idolatraron la una a la otra, durante un largo rato, mientras papá y Arthur decidieron entrar y tomar una copa.

Unas horas después......

El momento llego, me encontraba parada de frente al espejo con mi madre a un lado y Maggi del otro, admiraba ese hermoso vestido que ellas habían elegido para mí, no me importaba el vestido, ni los zapatos, ni el peinado, ni el maquillaje, sólo me hacía tan feliz saber que después de tantos años por fin estaba siendo feliz, me iba a casar con el hombre que amaba, vivía en la casa que me gustaba y tenía la ilusión de pronto tener los hijos que deseaba, todo era perfecto, tenía a mi madre y a mi suegra a mi lado y a papá en la otra habitación ayudando a Arthur a cambiarse, en poco tiempo el momento llegaría.

Narra Arthur.......

Sabía que era un día especial, uniría mi vida a la mujer que amaba, a la mujer que había deseado durante muchos años, mi suegro se encontraba arreglándome el lazo del traje, no me importaba el traje, ni el lazo, ni el peinado, ni los zapatos, mucho menos el lugar donde me casaría con ella, sólo quería saber que ella me amaba tanto como yo la amaba.

Richard: han hablado de tener bebés?.

Arthur: Es un tema algo delicado, lo mejor será no pronunciarlo de frente a ella.

Richard: qué está sucediendo?.

Arthur: lo hemos intentado durante mucho tiempo, pero simplemente no hemos podido tener un bebé hasta ahora.

El señor Bernard se quedo en silencio parado en su lugar, no sabía qué era lo que estaba pensando pero sin duda le preocupaba mucho.

Richard: Bien cuando su mamá y yo estuvimos juntos, jamás tuvimos problema para tener un bebé, Arisbeth fue una bebé deseada, desde el primer intento logramos embarazarnos.

Arthur: Entonces cuál es el problema?.

Richard: bien, Yo aún recuerdo cuando tus papás intentaron embarazarse de ti, en ese entonces Estefanía y yo aún acabamos de empezar nuestra relación, pero ellos ya querían tener un bebé, el problema era que tu mamá no se podía embarazar.

Aún no sabíamos quién era el del problema, Si tu padre o tu madre, pero después de tantos estudios salió a la luz que tu madre no podría embarazarse, sólo había una manera de que pudiera hacerlo.

Arthur: Cuál era esa manera?.

Richard: tú hoy estás aquí gracias a una inseminación artificial, le inyectaron los espermas de tu padre a tu madre.

Me quedé en completo silencio parado en mi lugar, entonces al parecer el del problema sería yo, no mi pequeña Arisbeth, Gracias a que tal vez yo no podía tener hijos mi pobre mujer sufría cada mes.

Richard: Bien, Arthur, el motivo del que yo te haya dicho esto, es porque yo considero que lo mejor es que vayan a una clínica, tal vez podrían hacer los estudios y confirmar que es lo que está pasando, yo sólo quiero que ustedes sean felices.

El momento de la boda.....

Narra Arisbeth......

Estoy parada de frente al juez, veo a mi guapo Arthur, con su hermoso traje que lo hace lucir muy apuesto, su cabello muy bien peinado y una sonrisa enorme.

El se pega a mi oído y me hace saber lo hermosa que luzco hoy.

Yo le agradezco sus palabras con un tierno beso en la mejilla y le digo cuánto lo amo.

Una hora después me encuentro tomada de su mano, pero ahora como una feliz pareja de marido y mujer, nuestros padre aplauden y nos llenan de mucho cariño.

Stefania: Felicidades a ambos, espero que sean de verdad muy felices.

Maggi: Cielos, les deseo que este matrimonio sea bendecido siempre.

Richard: Que sean tan felices como puedan serlo, les deseo lo mejor de la vida.

Arthur: Los amamos de verdad, gracias por estar aquí.

Arthur y yo decidimos que no tendríamos fiesta de matrimonio, ese mismo día tomaríamos las maletas y nos iríamos a un viaje en Arizona, el lugar donde nos enamoramos.

Al bajar del avión, puedo ver el hermoso mar azul, la arena tan clara se mete entre los dedos de mis pies, me encuentro caminando de la mano de mi esposo que no puede evitar tomarme fotos con esa cámara tan peculiar que trae en las manos.

Arisbeth: Basta amor, ya no me tomes fotos.

Arthur: La cámara te ama, eres muy hermosa.

vamos juntos hasta el hotel y decidimos cambiarnos de ropa por algo más cómodo para poder salir a nadar, el clima es Perfecto y el agua del mar es fresca.

Nada me hacía más feliz que pasar tiempo a su lado, esta era mi historia de amor, el me estaba haciendo la mujer más feliz del mundo.

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