Una noche de copas.

Había pasado una semana ya desde su viaje, la habían pasado en verdad de maravilla, Ari se había divertido demasiado y de eso se había echo cargo Arthur, pero el viaje llegó a su fin, esa era la última noche que ellos pasaban juntos en Arizona.

Arisbeth: Una salida.

Arthur: Será mejor Descansar, mañana saldremos muy temprano.

Arisbeth: Por favor, solo unas copas y volvemos.

Ella hizo una cara de ternura, Arthur no pudo evitar decir que si, el solo quería hacerla feliz.

Arthur: Bien, solo unas copas.

Arisbeth: Siii!!! Me pondré algo más bonito y te veré en un momento.

Ella corrio a su habitación y unos minutos después estaba de vuelta con Arthur.

Arisbeth: Como me veo?.

Ella se miraba tan preciosa que el quedaba como un tonto a su lado.

Arthur: Serás la más linda del lugar.

El le ofreció su brazo y salieron juntos del lugar.

Ya en el antro.......

Arthur: Estás lista para hablar?.

Arisbeth: De que quieres que hablemos.

Arthur: De Matteo.

Arisbeth: No por favor, es solo el pasado.

El lo entendió, la vio bailar y beber, el estaba un poco pasado de copas, pero lo suficiente consiente para cuidarla.

Unas horas después era momento de marcharse, Arthur camino hacia la pista donde ella bailaba y la tomo de la mano.

Arthur: Linda, es hora de ir a descansar.

Arisbeth: No por favor, solo un momento mas, te lo suplico.

Arthur: Estás tomada y yo igual lo mejor es ir a casa.

Después de mucha insistencia, Ari por fin cedió, el le dió la mano y caminaron juntos hasta el auto, en dónde el chófer los esperaba.

Narra Arthur......

Bajamos del auto y caminamos hasta su habitación, tomo el camino era muy confuso, estaba un poco pasado de copas y ella estaba igual que yo, los dos nos apoyamos y llegamos hasta la cama, ella se recostó y yo le quite las zapatillas, estaba apunto de darme la vuelta y salir, cuando ella me tomo de la mano y me jaló hacia la cama; Yo no entendía lo que pasaba, ella se puso encima mío y me comenzó a besar.

En todos los años que habíamos Sido Amigos, ella jamás había echo algo así, yo lo sabía de qué manera reaccionar, intenté quitarla de encima mío pero ella no cedió.

Arthur: Basta Ari, por favor.

Arisbeth: Besame, por favor, hazme tuya.

Mis instintos de hombre salieron a la luz, le subí el vestido y me baje el pantalón y la ropa interior, la senté encima mío y ella empezó a brincar y a gemir del placer, yo le bese el cuello y le apreté sus grandes cenos, ella se quitó el vestido y a mi vista quedó toda su exquisita figura. La acosté en la cama y me puse encima de ella, le lami los cenos y su intimidad, ella solo disfrutaba y pedía más, yo sabía que tal vez no estaba bien, pero mi cuerpo solo me permitía disfrutar del momento, unos minutos después nos quedamos satisfechos y profundamente dormidos.

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