2. ROBO

6 DE AGOSTO DE 2.025

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🥀WILLIAM🥀

–. ¿Cómo es que paso esto, Meave? –le pregunto–. ¿Cómo te involucras en una pelea? –la miro molesto.

–. Lo siento, papá –se disculpa–. Pero me provocó.

–. Hija, por amor de Dios –suspiro exhausto–. Sabes que estoy muy ocupado, las reuniones, los temas de la empresa y...

–. Y no noviecita rubia –bufa cruzandose de brazos.

La miro pero ella no a mí.

Estos dos años desde que nos divorciamos de su madre han sido complicados. Intento sacarle una sonrisa.

–. Oh. Ya veo –digo–. Acaso lo que ven mis ojos y escuchan mis oídos... ¿Son celos de mí niña?.

–. No, no son celos –niega mirando por la ventana.

–. Claro que sí –sonrío y la miro–. Estás celosa, mí princesa está celosa.

Empezó a hacerle cosquillas mientras conduzco. Pero ella aparta mí mano rápidamente.

–. Basta, papá –me dice–. ¡Ya no tengo cinco años!. No son celos, es decepción... Jamás cumples tus promesas, vienes aquí a darme un sermón cuando jamás estás para mí. ¿Con que derecho lo haces?.

–. Son tu padre, Meave –le digo–. Y estoy ocupado...

–. Pero para tu novia jamás lo estás, ¿no? –me mira enojada–. Pasas más tiempo con ella que conmigo.

–. Pasas demasiado tiempo con tu madre –miro por la ventana.

–. ¿Y que esperas? –se pone sus audífonos–. Si tu no estás, al menos ella si.

El auto se queda en completo silencio hasta que se me ocurre una idea.

–. Oye, mí cielo –le digo mirándola–. ¿Que te parece si hoy pasamos todo el día juntos?.

–. ¿De verdad? –me mira–. Siempre me dices eso y ahora...

Señala mí celular el cual se pone a sonar.

–. Anda contesta –dice y mira hacia la ventana.

Suspiro y tomo mí celular para contestar la llamada.

📱 << –. Ben. ¿Que paso, hermano? – >>

📲 << –. Will lamento molestarte pero ocurrió algo – >>

📱 << –. ¿Es tan grave que necesitan mí presencia allá? – >>

📲 << –. Si, hermano. Ocurrió un error muy grave o quizás no lo fue – >>

📱 << –. Okey estoy allá en veinte minutos, Ben – >>

Mire a Meave quien ni siquiera me miraba. La lleve hasta la mansión dónde antes vivíamos juntos, pero desde que me divorcie vivo en un apartamento solo.

–. Meave, amor –le digo–. Lo lamento, pero...

–. No lo hagas de nuevo, papá –me interrumpe y me mira–. Estoy acostumbrada a que jamás estés conmigo.

–. Sabes que no lo hago agrede, hija –suspiro–. Te amo, pero mí trabajo toma mucho tiempo.

–. Creo que tu amor por mí es el mismo que el que le prometiste a mamá... –me mira enojada–. Falso.

–. ¿Ella te dijo eso? –la miro enojado–. Sabes perfectamente el motivo por el cual me divorcie de tu madre...

–. Tu lo hiciste primero –me reclama–. Ella solo...

–. ¡JAMÁS! engañe a tu madre, Meave –le digo aún más enojado–. Respete mi matrimonio hasta el final, incluso cuando descubrí su infidelidad jamás la engañe ni busque venganza. Mírame –le ordenó–. ¿Te quedó claro?

–. Si, papá –asiente–. Lo siento, no quise ofenderte.

–. Deja de escuchar cada palabra que te dice tu madre –digo suspirando–. O terminarás siendo igual a ella.

–. Está bien –baja la mirada–. No lo haré.

–. Mañana haré un viaje a una de nuestras empresas –digo y la miro–. ¿Quieres venir conmigo o no?.

–. Si –me sonríe–. Quiero ir.

–. Bien, vendré por ti –le digo–. Estate preparada, te amo hija.

–. Yo también te amo, papá –me abraza.

Baja del auto y llego a ver a Rebecca por la ventana. No espero a que salgo y arranco para salir de la mansión.

...****************...

Llego a la empresa de nuevo y veo a Benjamín hablando con unas personas.

–. Benjamín –lo llamo–. ¿Que paso? ¿Por qué tanto alboroto?.

–. Hermano, creo que alguien nos está robando dinero –me dice preocupado.

Vamos a mí oficina mientras él me explica cómo descubrió todo. Me pasa unas carpetas que Mark le envío para que las veas. Claramente hay un filtración de dinero hacia algún sitio desde hace unos meses.

Una persona nos está robando astutamente varios miles de dólares.

–. Mark dijo que ha estado revisando las cuentas bancarias de sus empleados –dice Benjamín–. Pero nada.

–. Ay hermano –lo miro–. ¿Crees que si alguien está robando podría el dinero en su cuenta principal?. Debe haber alguna flotando por ahí.

–. Lo peor es que no sospecho de nadie, William –dice apenado–. Quizás es que soy muy de confiar en las personas.

–. Mañana iremos a hablar con Mark –digo–. Tranquilo, encontraremos algo con él, estoy seguro.

Suspiro y sigo mirando los números perdidos. No es el dinero lo que me enoja sino que alguien de nuestra confianza, quizás, o alguien al que le dimos trabajo nos este traicionando.

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