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Me desperté y sentí una suave luz que provenía de una gran ventana... Con las pocas fuerzas que tenía traté de levantarme, pero fue en vano, cada movimiento que hacía me dolía como un infierno.

Mi cabeza me daba vueltas y no alcanzaba a percibir bien las cosas que me rodeaban. Sentía que la luz del sol quemaba mis ojos, así que no veía con claridad. Traté de relajarme, ya que el dolor del cuerpo me estaba matando.

-¿Qué hice anoche? ¿Qué pasó?- Me preguntaba una y otra vez mientras me recostaba y trataba de recordar todo.

Al poco rato alcancé a percibir un suave sonido proveniente del otro lado de la puerta de la habitación.

Era una voz...

Pero, por alguna razón se me hace muy conocida... ¿Acaso será...?

......................

...(3 años antes)...

^^^•Gael•^^^

-Bien chicos, pueden salir, la clase ha concluido- Dijo el profesor borrando la pizarra

Las últimas clases son las más aburridas... Por lo general los profesores están cansados o hartos del trabajo de la mañana, así que las últimas clases son solo ejercicios de 20 minutos para que los estudiantes se mantengan ocupados.

-¡Ey Gael!

-Hola Clara- Dije mientras guardaba mis libretas y me colocaba la mochila -¿Dónde están los demás chicos?

-A Julio le tocó hacer la limpieza del salón 32 ¿Lo olvidaste?

-Es cierto...- *Carajo, es verdad, Julio me había dicho esta mañana que tenía que limpiar y no podía acompañarnos hasta más tarde...*

-Has estado muy distraído ¿Todo bien?

Un cierto tono de preocupación acompañaba las palabras de Clara.

-Si, solo... Lo olvidé

-De acuerdo, vamos por Erika

-Vamos

Salimos del salón y nos dirigimos a la salida de la escuela, al salir vimos a Erika sentada en la banqueta comiendo una pequeña barra de chocolate.

-¿Quieren?- Dijo Erika percatandose de nuestra presencia

-¡Yo sí!

-¿Y tú Gael? ¿No quieres?

-Estoy bien, gracias Erika

-Y bien... ¿A dónde iremos?- Decía Clara quitando el chocolate que tenía entre los dedos

-No lo sé, Gael, tú conoces muy bien esta ciudad ¿A dónde podemos ir?

-Mhhh...

Pensé en varios lugares a los cuales ir a comer, esta ciudad es demasiado grande.

-Podemos ir a una plaza que está en el centro de la ciudad, ahí hay varias cosas, y podemos esperar a Julio

-¡Buena idea!- Gritó Erika levantándose de la banqueta y colocándose su mochila

-Pues vamos

Nos dirigimos a aquella plaza, y en el camino vimos una heladería, no pudimos contenernos y compramos unos helados.

Yo pedí un helado de limón, jamás he probado otro sabor de helado, ¿y si no me gusta?, esa era mi excusa para no probar nuevos sabores.

Nos sentamos en una banca cerca de un parque a terminar nuestro helado, hasta que recibí una llamada de Julio.

>Hola Julio, ¿todo bien?

>Ya voy en camino, ¿dónde están?

>Estamos en el parque que está en frente de la heladería en la que trabaja la hija del profesor de filosofía

>De acuerdo, espérenme ahí, llegaré en 10 minutos

>Vale, adiós< Terminé la llamada

-¿Qué te dijo Julio?

-Dice que viene en camino, hay que esperarlo

-Vale

-Por cierto, ¿Han notado que Julio está un poco raro últimamente?

-¿Enserio?

-¡Sí!, ¿sabes por qué?

-La verdad no ¿Y tú Gael?

-Terminó con su novia

-¿Tenía novia?- Dijeron Erika y Clara al mismo tiempo con una expresión de sorpresa, pues él nunca les había dicho nada, ya que Julio tiende a ser muy discreto con su vida privada.

-Sí, pero no le digan que les conté

-Promerido

-Disculpen la tardanza- Dijo Julio recuperando el aliento, al parecer vino corriendo

-No te preocupes, ¿nos vamos?

-Si, vámonos

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