Capítulo 10.

Ese día, había pasado desapercibida por todos, pues, inmediatamenteumpleaños de Erik y cuando está le dio paso, se podía apreciar de fondo de pantalla, una foto de él con ella, cuando el mayor había cumplido los 16 años; desde el día en el que el mayor rompió sus fotos, ella comprendió que esa clase de fotos tendría que guardarlas o esconderlas en algún lugar, fuera del alcance de este.

Abrió un documento y comenzó a trabajar en el tema del proyecto del menor, su memoria fotográfica le ayuda a recordar las cosas relacionadas con ello y sus dedos se movían con rapidez por el teclado. En la casa de al lado, el mayor sonreía la ver a la tierna Emily trabajar sin descanso, ese trabajo sería su mejor calificación y sin siquiera tener que mover un solo dedo para lograrlo.

Erik no comprendía el daño que estaba ocasionando en la su vecina, ya que ella estaba más pendiente en terminar la tarea de alguien más que en la suya, estaba más emocionada por verlo a él, que triste por saber que su padre tenía que irse del país y ella no lo vería en un largo tiempo, claro, su mente estaba llena del joven de perlada sonrisa que no dejaba de pensar en ella como una cerda asquerosa, pero lo que a ella más le importaba era verlo a él feliz.

Al día siguiente, cuando Erik estaba con su amigo y conversaban durante las clases como era su costumbre, tocaron el tema de Emily, no sintiendo ninguna clase de remordimiento por como la estaban usando y por como la llamaban, estaban cegados por una calificación perfecta y no pasar un año más en el mismo grado, sólo esperaban el momento en el que ambos estuvieran a solo un año de salir de la escuela.

Mientras tanto, Emily estaba en sus propias clases, con su atención nada más y nada menos que en la dulce sonrisa que Christina le daba a través de la ventana, los papelitos que le escribía y pegaba al vidrió para que ella pudiera leerlos; no es que el castaño disfrutara de saltarse las clases para ir a ver a sus amigos, pero le fue imposible no hacerlo al notar el ceño fruncido de concentración que poseía la chica, y prefería verla sonreír que con una cara de preocupación, pero en cualquier momento se tendría que ir, pues no era la mejor opción estar ahí hasta que las clases se acabaran, lo vieran y lo dejaran en detención por faltar a sus clases.

Emily estaba tan comprometida a serle fiel a Erik, que sintió una punzada de culpa, al sentir que la compañía del castaño le era mejor que la del rubio, así que negó repetidas veces; ella sabía que Christian era su amigo, que sólo era una de las pocas personas que le decían cosas lindas y pasaban tiempo con ella que no fuese obligado. Pero le causaba conflictos el hecho de que Erik no le hiciera esa clase de cumplidos como los hacía Christian; además de sus padres y Christian, nadie más noto que tuvo que recortar su cabello hasta los hombros por la broma del chicle en el cabello, para su suerte, esta vez, había sido menos agresiva, pues pudo recortar mejor su cabello y no dejarlo muy corto. A pesar de que estuviera un poco chueco, Christian le había dicho que lucía hermosa, como siempre, y que su cabello era lo de m

terminaron las clases, ella salió corriendo en dirección a su casa sin siquiera despedirse de nadie, tenía que terminar sus tareas y comenzar cuanto antes con el trabajo de Erik, su madre no sabía que la pequeña comenzaba a tener estrés por los múltiples trabajos de la escuela, esto, sumando la presión que sentía en su pecho por cada abuso de los demás.

Emily tampoco notaba que su vecino no la había dio a buscar en un buen tiempo, le había dicho sus “sentimientos” y a pesar de eso, nunca la iba a ver o siquiera saludarla, no la consoló cuando su padre se fue y ella sintió tristeza. Nadie, excepto Christian.

La única persona que estaba pendiente de que el plan saliera a la perfección, era Joe, no quería que las cosas se salieran de control por un mal manejo de las circunstancias, así que, siempre que podía, le recordaba a su amigo que no podía dejar sin atención a la pequeña Emily, lo que obligaba a Erik a tener mal humor, pero seguía sin llamar a la joven.

—Se que no te gusta relacionarte con ella, pero si quieres que avance en los proyectos debes de llamarla más seguido, invitarla a salir, no sé.

—La veo todas las noches trabajar en su computadora, deja de estar molestando.

—¿Cómo sabes que está trabajando en nuestro proyecto? Ella también tiene cosas pendientes a las cuales atender.

Eso llamó la atención de Erik.

—¿Crees que está dejando para el final nuestros proyectos?

—Tan siquiera le pediste que hiciera dos?

—No, se lo pediría cuando haya terminado el mío.

—¿Y si te lo entrega un día antes de la fecha crees que le dará tiempo de hacer el mío?

—Tienes razón, me estoy arriesgando demasiado, le diré hoy mismo que haga dos.

—Tienes que atenderla también, no la puedes dejar desatendida, así como si nada, invítala a salir.

No le quedaba de otra, tendría que hacerlo como le decía su amigo para que las cosas salieran bien y pudiera obtener su calificación a tiempo y sin que le dejaran tirado el proyecto.

—Dime que ya le pediste que fuera tu novia.

—No, aún no, pensaba decírselo al final, para que se apurara con los trabajos.

—Podrás ser un conquistador de primera, pero no sabes manejar esta clase de situaciones, tienes que decirle de una vez si no quieres que el señor “ojos bonitos” te gane la partida.

Nuevamente, ese comentario le abrió los ojos, recordando que tenía una clase de rival que le quería quitar la oportunidad de una calificación perfeta. Así que cuando las clases terminaron, fue a su casa, y le mandó un mensaje a Emily, quien tardó una media hora en contestarlo, pues estaba muy concentrada en hacer su tarea. Cuando lo vio, Erik pudo presenciar de la amplia sonrisa que tenía la mejor, y eso le provocó u sentimiento de asco; la vio escribir y en unos segundos le contestó, así que este también le contestó rápido y los ojos de ella se iluminaron al leer el mensaje que decía…

“¿Quieres salir conmigo? Ya sabes, en el plan, novios”

Claro que aquello había sido escrito sin emoción, de hecho, en el mismo mensaje se podía notar que la persona que había escrito aquello no tenía ningún interés en realizar lo que se decía, pero para Emily era todo lo contrario. Erik la vio correr en círculos en su habitación y tirarse con emoción en su cama.

—Vaya ridícula —dijo en un susurro.

Después de eso, recibió la respuesta, un sí, lleno de corazoncitos.

Ya estaba, su sentencia estaba escrita, pero esperaba que valiera la pena, así que cuando leyó ese mensaje, le escribió lo siguiente.

“Excelente.

Por cierto, quería decirte que hicieras una copia del proyecto, no una copia, copia, un proyecto similar, pero de otro tema”

Por la ventana, detrás de la cortina, pudo ver la cara de confusión de la menor y un mensaje le llegó.

“Quieres que haga dos proyectos distintos”

“Sí, así es, ¿es tan difícil de comprender?”

“No, pero… eso me llevaría tiempo y no te aseguraría que tuviera el segundo a tiempo, tengo que hacer mis proyectos”

“¿Así me decepcionas? Yo creía que eras el número uno y que lo podías todo”

“No se trata de eso, conejito, se trata de que es demasaido trabajo para una sola persona, no creo poder…”

“Tus haces lo que yo diga ¿entendido? Y si te digo que hagas un segundo lo harás”

“Sí, conejito”

Por la ventana, pudo ver a la chica con la mirada baja, aventó el celular a la cama y se sentó en su escritorio, dejó sus cuadernos de lado y comenzó a ingresar a su computadora, donde minutos después, se encontraba tecleando con rapidez, había comenzado el segundo proyecto, teniendo pendientes el primero, el suyo y sus demás tareas, sabía que las cosas iban a ser complicadas, pero todo fuese por su conejito que por fin le había pedido salir con él.

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