More llegó de la escuela, tomo su merienda, hizo su tarea y como aún su madre estaba ocupada le ayudó con la limpieza. Karen Hell a sus 37 años no aparentaba más de 20, su cabello negro como el ébano y su piel trigueña resaltaban sus hermosos ojos marrones.
Ella trabajaba solo por las mañanas, por lo que tenía toda la tarde libre para ocuparse de la casa y de su hija.
Por otro lado su padre, Ian Blue también era un hombre muy apuesto, alto con cabello negro azulado y sus ojos de un profundo azul marino. El trabajaba con la computadora desde la casa y pasaba la mayor parte del día encerrado en su escritorio trabajando.
Ambos eran padres muy amorosos y gentiles. More crecía rodeada de calor y afecto ignorando que sus maravillosos padres le ocultaban un secreto que cambiaría su vida para siempre.
La niña y la madre terminaron de limpiar y se acomodaron en el living para continuar con una historia que Karen había comenzado ya días atrás, el padre salía del escritorio y se acomodaba abrazando a su hija en el sillón esperando con ansias el comienzo de la historia.
Karen: (continuo) La tranquilidad invitaba a los soldados a disfrutar de un refrigerio en la cantina, los elfos y Azul se reían contándose anécdotas de batalla, mientras que el resto de las elfas se ocupaban de restaurar la naturaleza destruida después de la última batalla contra los trolls.
Azul: Llegaban de todas partes, creí que morirías cuando el grandote te lanzó ese puñetazo.
Leonardo: (Con un gesto molesto) Tchs estaba todo controlado, podía contra el. Pero disfruta lucirse mi capitán, ¿Era necesario cortarle la cabeza?
Azul: (muestra una muy obviamente falsa cara de arrepentimiento) Lo siento, me asuste y actúe rápido.(cambia su expresión sonriéndole de forma divertida) La próxima dejo que te aplasten.
Todos los soldados sentados en la gran mesa de la cantina se reían y bebían, varias botellas de Alexandria yacían vacías al costado de ella. Todos bebían menos Anir, un soldado muy hábil en batalla pero muy tímido fuera de ella. Sus ojos turquesa y su cabello grisáceo no conseguían llamar tanto la atención como sus mejillas casi constantemente rojas por pudor, vergüenza o timidez.
Anir:(muy nervioso, levantando apenas la voz) La Capitán es realmente bondadosa pero aterradora en batalla
Azul:(Soltó una carcajada y le guiñó el ojo, enrojeciendo aún más el rostro del elfo) Gracias Anir… supongo
Todo sea por restaurar La Paz.
Aun muy sonrojado ante la sonrisa de su hermosa superiora abre la boca para decir un halago y es interrumpido por el elfo con mayor puesto en el ejército por lo que baja la mirada y le da rápidamente su lugar.
El almirante superior Edward White, un hombre muy alto y fornido, muy apuesto aunque bastante mayor de edad pese a su apariencia.
Anir: Almirante superior White, siéntese aquí por favor.
Superior White:(Con una botella de vino de Alexandria en mano voltea la silla molesto y se refiere directamente a su capitán sin reparo en Anir o los demás) Aún no entiendo la perseverancia de los trolls por estas tierras, se sabe de su codicia natural por hacer travesuras, y entiendo que de alguna manera lograron organizarse , Pero después de perder tantos soldados contra ti principalmente, no entiendo su persistencia.
Leonardo :(visiblemente nervioso) Co como se sea, este vino me esta cayendo mal, voy a salir a tomar aire.
Leonardo salió por la puerta de la cantina mientras dentro aún perduraban, las risas y anécdotas. Leonardo, por otro lado, aun nervioso se aleja de la cantina a una velocidad increíble en dirección a los límites de la pradera donde sin testigos se encontraba con un extraño hombre encapuchado, su piel verde bajo la capucha delataba su origen troll.
El troll le extiende una bolsa de monedas de oro, y se quita la capucha. Se trataba de Agares, el capitán del ejército de trolls.
Agares: Es tu parte de lo recaudado en la última conquista, Black está alterado, si ella es Lilith hay que apresurarnos a tomar acción, y terminar con esto de una vez.
Leonardo: (con una actitud sarcástica) Tchs no abrían muerto tantos, si ella fuera fácil de matar. (Se pone serio y baja la mirada, toma del suelo una flor azul) Estoy seguro que tiene que ser ella, el color de sus ojos y su cabello no pueden engañarme, su rostro, su piel, y hasta su sonrisa siguen siendo las mismas (se molesta y desintegra la flor concentrando energía en su mano) De todas formas, tienen a su madre, tortúrenla hasta que le digan si es Lilith o no….
Agares: Es más fácil decirlo que hacerlo, su madre no reveló nada sobre ella.
Leonardo: (muy molesto) TORTÚRENLA MAS.
No puedo equivocarme hasta su corazón es el mismo que el de Lilith antes de traicionarnos.
Agares: ¿Estas muy seguro? Black y tu la conocieron. No puedo negar que tiene una fuerza en combate extraordinaria, pero puede ser resultado de entrenar toda su vida.
Leonardo: Como dicen los humanos “a seguro se lo llevaron preso” pero de cualquier forma, si es la reencarnación de Lilith en este mundo la quiero muerta y de la peor manera posible, que sufra por su descaro.
Agares: ¿Es siquiera posible reencarnar en un mundo que no es el tuyo?
Leonardo: (muy molesto lo toma del cuello y le grita) NO TE OLVIDES DE QUIEN SOY (se calma y lo suelta) Yo mismo he buscado la forma de renacer aquí. Y la mayor parte de tu población no son más que estigios que yo mismo saqué del averno.
Agares: (respirando asustado y con dificultad trata de integrarse) Lo siento, no lo volveré a olvidar. (sonríe maliciosamente) Aún así creo que tengo un plan para acabar con ella, pero tendrá que ensuciarse las manos.
Leonardo: (sonríe) Te escucho.
En la cantina los combatientes aún se saciaban entré vino, cuentos, anécdotas y muchas risas. Algún que otro niño entraba a la cantina solo para recibir un recuerdo, abraso o gesto de la amada capitán Azul, que por su carácter y fiereza a lo largo de los años había ganado la admiración y el cariño de todos.
Su trágico pasado era de público conocimiento, muchos de los camaradas que hoy brindaban con ella habían sido parte de su suplicio en antaño. Más en el dulce corazón de Azul no había lugar para algo tan trivial como el rencor.
Superior White: (levanta una botella) Propongo un brindis, por la capitán Azul, ya que desde que ella forma parte de nuestro ejército no hemos sufrido bajas ni pérdidas, las elfas se encargan de las plantas destruidas en combate, pero nuestras invaluables vidas están a salvo gracias a nuestra implacable Azul.
Azul:(sonrojada y avergonzada de las palabras de su ya muy ebrio superior) No exagere Almirante. Somos un equipo todos juntos.
Superior White: (grita) Tonterías…
El almirante se levantó de su asiento con la botella en alto y todos los demás lo siguen completamente de acuerdo con lo dicho, mientras Azul se tapaba el rostro con las manos.
Todos: SALUD!!!
Todos los elfos se levantaron, levantaron sus copas, sus botellas y brindaron con alegría ante las palabras del ebrio Almirante superior White. Azul finalmente agradeció y brindo con ellos.
El superior White entre risas se arrojó en su silla nuevamente, para darse cuenta que la misma ya no estaba en su sitio. Termino en el suelo, en una posición vergonzosa con las piernas casi sobre la mesa, habiendo tirado con el, en un intento desesperado por evitar su caída, a dos elfos que cayeron con sus sillas sobre ellos. Las carcajadas no se hicieron esperar, la misma Azul no pudo contener se ante semejante caída.
Azul:(casi ahogándose de tanto reír) Lo siento no puedo evitarlo, fue un segundo pero juro que ante mis ojos pareció en cámara lenta…(siguió riendo) Su cara mi Almirante, debería verla. (se agarró la panza y continuo riéndose)
Superior White: (Se levanta con dificultad del suelo, rojo de la vergüenza y el enojo volteando hacia todos lados buscando su silla, hasta que se encuentra con un elfo extraño, reía sin parar sentado en su silla. Inmediatamente le grita) TUUUU ¿Quién DEMONIOS ERES Y POR QUÉ TOMASTE MI SILLA?
Elfo desconocido: (Corta su risa abruptamente y pone una muy obviamente falsa cara de preocupación) Lo siento ¿Te ibas a volver a sentar?
More: (limpia una lágrima de risa) por dios, me imagine al almirante todo despatarrado en el suelo y casi muero de risa.
Karen: (riendo) me alegra que lo disfrutes por que ya te vas a dormir.
More: ¿Qué? No… Pero no me podes dejar así, ósea su mejor amigo está traicionando al pueblo y el extraño, todavía no me decís quien es, sólo que es el responsable de la caída de el almirante.
Karen: (ríe y le da un beso en el cachete) nunca dije que el extraño de la cantina era el mismo extraño del Árbol.
More: (molesta) MAMÁ. Exijo qué continúes con la historia.
Ian: Mañana hay escuela temprano ve a descansar mi princesa. Prometo que la próxima parte será más interesante.
More: (suspira resignada) esta bien
More se despide de sus padres y ellos se quedan mirándose en silencio un poco más. Hasta qué Ian rompe el silencio.
Ian: (toma su mano con preocupación) mañana puedo contarle yo la historia, si quieres.
Karen: (le sonríe con ternura) gracias, me lo pensaré, por ahora solo quiero ir a descanzar.
...
Se dan un beso y van a su habitación a descansar.
...
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