Mire el sofá de la sala, ahí está la perra abierta de patas disfrutando de la vida, creo que la consiento mucho, bueno una acaricia dita no está mal, me acerque al sofá y le acaricia su barriga, movía su pata trasera a copas de como yo la rascaba, le sobe su cabeza, su pelo quedó todo alborotado, me pare, ya fue mucho.
Fui a mi recámara, mi maid sigue dormida, lo que es bueno, según recuerdo en la película, se necesita un cuarto solo para eso, pero ir a la sala esa me da cosa, tampoco puedo convertir mi cuarto en un amarradero, mi madre decía que cada cosa tiene su espacio y lugar, esta es mi recámara y está hecha para dormir. Esa es la razón por la que jamás me acosté con una mujer aquí y por la que mi oficina se podía convertir en un antro, ahora. Mi maid fue la primera mujer en dormir aquí, lo hice solo porque ella me dio su virginidad y yo la estimo mucho. Además tampoco creí que la mereciera, así que hacerlo con ella acá era lo único que podía darle a cambio.
Ahora donde organizó todo?, no puedo llevarla al antro no es una puta, la sala esa está descartada al igual que mi recámara, tal vez donde ella me corta el pelo y me dé pila podía servir, ahora que recuerdo hay un cuarto vacío, pero el problema es que no tiene nada, más adelante mandaré hacer ese dichoso cuarto rojo a de servirme.
Mire el reloj en mi recámara son la 10 am y yo no he desayunado, me he vuelto inútil sin ella, claro eso podía servirme, tengo una idea, lo que ella quiere, requiere preparación no se puede hacer de un día a otro, pero algún día se lo daré por ahora esto que tengo en mente funcionara.
Me senté a su lado y le movió su hombro, los efectos ya deberían de estar pasando se los di ayer en el mañana, prácticamente mi maid ya lleva un día entero durmiendo, miró su pecho tal vez debería de despertarla de otra manera.
Coloque mi mano en su pecho y lo apreté y lo soltaba así sucesivamente, voy a molestarla un poco.
— señorita maid, por favor despierte — le dije mientras aún apretaba su pecho, pero seguía noqueada tal vez me pase, deje de apretar su pecho y fui y traje alcohol la ayudaría a despertar, lo coloque cerca de su nariz para que lo respirara.
— señorita maid, por favor despierte — con mi mano libre volví apretar su pecho, no soy muy grandes, pero tampoco puedo decir que me disgustan, de hecho me encanta, claro está, no se lo voy a decir.
—... Mm... — los ojos de mi maid intentan abrirse, parece que le cuesta, es que es su culpa si no fuera tan terca, yo no tendría por qué haberla dopado.
—… Sé... Señor… Max… — la conciencia de mi maid volvía poco a poco, lo que me tranquilizó, seguía viva.
— señorita maid, ya es tarde, su amo tiene hambre — le sonreí, aún apretaba su pecho.
— señor, señor máx... Que, que está haciendo?... Y que hago aquí?… Y porque me dice señorita?…
— tranquila solo te dormiste, estabas cansada.
— ¿cuánto tiempo he dormido?
— poco, como una hora por ahí.
— no me mienta señor máx. — mi maid toco su cabeza — usd me dopo, verdad?.
— es que eres muy terca, no me quedo de otra — me aleje de mi maid, para que se pudiera parar.
—señor máx. Por favor no vuelva hacer eso, mi deber es cuidar de usd — me volvió acercar a mi maid y le toque su labio, una ligera línea roja, está roto, yo lo rompí, estreche mi mirada. Me siento algo culpable.
— lo siento — le dije mientras tocaba cuidadosamente su labio.
Mi maid me quita la mano de su boca y la tomó en su mano — no se preocupe señor máx. Yo también lo lastimé a usd, era normal que se defendiera, como siguen sus costillas — mi maid me hizo presión con su mano en una de mis cosillas y sonrió, me dolió, pero también le sonreí.
— boba, té pásate, mejor párate y hazme el desayuno.
— claro señor máx. Por favor espere hasta que me bañe, aún me siento algo somnolienta.
— claro, tomate tu tiempo.
La ayude a llegar a la ducha, no podía caminar bien, la deje en la ducha, tenía cara de que pensaba que yo la bañaría, no está ni tibia, no la bañe porque terminaría haciéndole otra cosa y eso dañaría el plan que tengo en mente.
Me senté en el sofá de la sala, a esperar el desayuno, ahí seguí la perra piernas arriba y con la lengua afuera, me miró se bajó del sofá y vino al mío, se montó a mi lado y se acostó, colocando su cabeza en mi muslo, ya sabia lo que quería, coloque mi mano encima de su cabeza y la acaricie, parece que le falta mucho amor.
Mi maid paso a la cocina, deje de acariciar a la perra y me pare, espere un momento y fui a la cocina.
Gracias a que esta algo dopada, su instinto de "asesina" también disminuyo, me le acerque por detrás, está picando algo, pero aun ritmo muy lento, pegue mi hijo a sus nalgas
— ah?, señor máx. Que hace? — es bastante adorable cuando se hace la inocente, me le acerque a su oído.
— solo sigue en lo que estás haciendo, aún espero mi desayuno, es más es una orden, antes de que yo termine contigo mi desayuno ya debe estar listo — mi maid asistió y siguió picando, mire hacia abajo, vi sus hermosas nalgas ser tapadas por su falsa de sirvienta, pero el único problema es que mi hijo no está parado, entre en pánico, pero no iba a dejar que se notará.
Coloque mi mano en su vientre y hacía pequeños círculos, como intentando ir a su intimidad y a la vez no, de vez en cuando temblaba sus nalgas y apretaba sus piernas.
Subí mis dos manos a sus bultos gemelos superiores y desabroche con demora cada botón hasta que los revele por completo, sus dos hermosos y esbeltos bultos saltaron a la vista, un pequeño gemido vino de mi maid, deje al descubierto parte de su hombro derecho, lo lamí y lo mordí.
A todo esto creo que solo podré jugar con mis manos, no puedo mover mi cadera, mis costillas empiezan a doler y mi hijo no se levanta, estas cosas solo lo hacían más complicado para mí.
Baje mis dedos a su intimidad y hacía pequeños círculos en ella, mientras con mi otra mano pellizca la punta de su bulto, mi maid dejo de picar y coloco sus dos manos sobre el paredón, para apoyarse.
— que pasa?, ya terminaste? — mi maid como pudo sacudió su cabeza y volvió agarrar el cuchillo, sus piernas tiemblan por el masaje de mi mano a su intimidad. Lo hacía en pequeños y lentos círculos en el punto que ella misma me enseñó.
Baje mi mano a su muslo y subí su desplazándome poco a poco a su intimidad, ahora solo su calzón impedía el contacto directo, mis dedos se mojaron, parece que hacer mi desayuno mientras la tocó la pone más caliente, la solté, mi maid había terminado de picar y fue a los estantes por unas cosas, luego volvió y prendió la estufa.
Mi maid tiene la cara roja y me echa miradas a escondidas, la iba a dejar sufrir un rato, echo lo que pico a la sartén y empezó a freírlo mientras movía el sartén hábilmente, me le acerque y le dio una nalgada, le saqué un pequeño gemido, no quería que su excitación se perdiera. Me coloque detrás de mi maid mientras aún manejaba la sartén y estimule su intimidad desde atrás, mi maid apretó mis manos con sus nalgas y apago la sartén tan rápido como pudo, le di una pequeña nalgada y la estimule con más rapidez, al poco tiempo un líquido bajaba de mis manos al piso, las piernas de mi maid tiemblan.
Me le acerqué a su oído, mi maid estaba por sucumbir — ya esta mi desayuno?, recuerda que tienes que terminarlo, aún no acabo contigo.
— señor máx... Por favor esto es muy difícil para mí me cuesta estar de pie… — subí mis manos por su cintura con lentitud y desde atrás masajeé sus esbeltos y firmes bultos, me encanta su suavidad.
— pensé que cumpliría mis órdenes — mi maid al escuchar mis palabras, intentó volverse a parar recta, yo aún la estimulaba, como pudo agarró el sartén y volvió a encender la estufa.
Poco después terminó de hacer mi desayuno, me hizo perico con un sandwich de ensalada, se veía muy apetitoso, se apoyaba en las paredes del paredón, toda mi mano está mojada en sus jugos, se vino muchas veces, con cada venía solo se excitaba más y la otra no demoraba.
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