Capítulo 7

MARTES, 1 DE MARZO...

ENGAÑO Y UN REGALO PRECIOSO.

TERDE...

MÁX...

Me duche para quitarme el sudor, y aproveche para masajear mi hombro. De vez en cuando me dan punzadas, terminé de bañarme y fui almorzar con mi maid, almorzamos los dos juntos.

Ya eran más de las 2 pm, y ya me había quedado sin nada que hacer, me acordé de ese papel, solo lo haría para quitarme el  aburrimiento, llame, dijo que vendría en poco tiempo.

Ella llegó, y pasamos directo a un cuarto, está vez no sería en mi oficina, y menos en  mi recámara. Ahí solo puede entrar mi maid.

Ella tenía unas medias transparentes negras y debajo nada, sus pechos son visibles para mí, coloque algo de música.

— por favor permítame, brindarle mis servicios  —dijo ella con unas esposas en sus manos, asistí.

Me recosté en la cama y ella me esposo de todas mis extremidades, se montó encima de mí, y con sus uñas largas, traza líneas en mis pectorales con sexualidad, mientras restregaba sus nalgas contra mi hijo.

Se acercó a mi oído y me mordió mi lóbulo con sus labios y después me hablo  — anoche fuiste un chico muy malo, me costó caminar, pero hay algo que no puedo aceptar  — volvió a morder mi lóbulo, esta vez con sus dientes  — soy experta en esto, ningún hombre había cometido la osadía de no venirse conmigo, por eso te voy a castigar, a ver si se te quita lo de ser un niño malo. 

La estoy dejando hacer lo que quiera, solo quiero ver a dónde llega esto.

Me empezó a besarme por todo mi cuello y luego fue bajando, bajo mi bóxer y me miró — es muy bonita tu cosa — ella la tomó entre sus manos y lamió la parte de atrás de la cabeza de mi hijo, esto me empezó a aburrir, ella me masturbó un momento y luego subió. 

La cara de ella se acercó a la mía, mientras su mano sigue jugando con mi hijo —  dime, donde está el dinero?  — aumento el estímulo que le brindaba a mi hijo. 

— para ser alguien con tanto dinero, no tener guardaespaldas. Es algo ridículo, bueno, está vez lo agradezco, serás al primer rico que robe, no pudo creer lo fácil que fue, velo cómo tu castigo por ser un niño malo — sonrío, no sé por qué está tan alegre, pero era mejor no intervenir con su felicidad.

— mesa de noche uno, cajón dos, solo hay 500 dolores, no sé si te sirvan  — le dije con indiferencia, su felicidad no durara mucho, pero era mejor que la tuviera.

— bien, pero me llevaré cualquier cosa que quepa dentro de mi bolso, gracias en serio, llevarme algunas cosa de aquí, me ayudarán mucho — se paró, se volteó, tan pronto lo hizo una arma presionó su frente.

— niña estúpida, te atreves a engañar al señor máx.  — mi maid  le dio un pequeño golpe con la punta de la pistola que tenía en sus manos. 

— ah?, pero que?, pensé que solo eras una sirvienta, baje eso, herirás a alguien  — dijo aterrada, sus piernas tiemblan.

— gracias por pensar así, ahora sayonara  — disparo. Para un lado, la bala pasó por el lado de su cara.

Las medias de ella se mojaron, no pudo controlar su vejiga por el miedo, y cayó de rodillas como muñeca que le contaron las cuerdas, se desmayó del susto.

— gracias, me puedes liberar?  — le dije a mi maid, mi maid me miro y frunció el ceño levemente. 

— claro señor máx. Pero antes  — miro a la mujer desmayada en el suelo y se la llevó, mi maid  tenía su propio cuarto, ahora, que le haría, no sé. La vida es más bonita sin saber ciertas cosas.

Volvió poco después y me desató,mi maid  había conseguido las llaves de las esposas, tarde perdida.

— señor máx.  — mi maid me miró a los ojos, con seriedad  — hágame suya  — seguía con su expresión seria.

— estás segura?  — mi maid asistió  — mira, no sé si aún eres virgen, pero si lo eres eso es algo importante para una mujer, no deberías de dársela a un hombre como yo, sería mejor dársela al amor de tu vida o la persona que crees indicada.

Me pare para irme, mi maid me tomó del brazo  — señor máx. Usted es la persona que creo indicada, quiero que sea usted quien la tome.

— no entiendo, por qué?, que echo para ganármela?.

— señor máx. Usted le dio sentido a mi vida, me recogió, me acogió bajo su techo, sin importar cuantas veces le dije que no me opondría si quería tomar mi cuerpo, usted me respeto, eso me hizo sentir mujer, que era valiosa, cuando me dijo que me veía como su amiga quería  bailar de la felicidad, hemos vivido tres años juntos, lo conozco muy bien, al igual que cada parte de su cuerpo, por eso quiero que sea usted el hombre que me hizo volver a sentir mujer, que me haga una.

— no sé qué decirte.

— no diga nada, solo tómeme, hágame mujer, su mujer.

— está bien  — la pare, y desabotone su  camisa de sirvienta, la abrí con brusquedad, sus hermosos y firmes pechos salieron a mi vista, mi maid alzó sus brazos, agarre su falda y le quite su traje de sirvienta. 

Veía cada parte de su cuerpo, un rubor corría por las mejillas de mi maid, me agache y levante mi vista, vi su ranura y sus hermosas montañas rosadas, me acerque y le di un beso a la intimidad de mi maid, saque mi lengua y la chupes, mi maid con sus manos tomó mi cabeza. Como queriéndome mentar más hacia allá, me deje llevar por sus manos hacia ella misma me diría su punto más sensible, no me detuve hasta que su sabor empapara mi boca, subí hasta su boca y la bese, la recosté en la cama, pero algo no está bien. 

— no.

Mi maid con su cara sonrojada me miró – que pasa señor máx.?.

— esto es algo importante para ti, por lo tanto lo es para mí, no eres una prostituta, eres mi linda maid, ven  — agarre a mi maid de la mano, la arrastre conmigo.

— señor máx. A donde me lleva  — seguí arrastrando a mi maid hasta que llegamos a mi recámara  — señor máx. No me diga que…

— si, lo haremos aquí, serás la primara mujer. Es lo único que puedo ofrecerte de mí.

Los ojos de mi maid se pusieron aguanosos   — señor máx... No sabía que soy tan importante para usted… No me hubiera importado hacerlo halla… Pero, pero, pero que me permitiera...  — le coloque la mano en la cabeza.

— ya, tranquila, eres muy importante para mí más de lo que piensas, vamos, si?  — le sonreí, mi maid  me devolvió la sonrisa.

La alce entre mis brazos y la coloque en la mitad de la cama, también me desnude y me monte en la cama.

Me puse sobre mi maid, la bese mientras mi mano estimulaba su intimidad, ya se había mojado, me le acerque a su oído y mordí su lóbulo.

— estás muy mojada, tanto querías esto?, eres una maid muy caliente, verdad?. 

— sé, señor máx. Así que... Así es usted cuando… — soltó un pequeño gemido, había apretado su punto débil, gracias a ella misma supe cuál era. 

— no hables demasiado, solo entrégate a mí, serás mía y solo mía.  — le seguí hablando a su oído  — para hacer el resto primero haré esto  — abrir sus dos piernas de par en par y me metí entre ellas, ajuste a mi hijo en la dirección correcta  — lista?  — sin esperar a que respondiera la penetre, su intimidad ponía resistencia, pero seguí poco a poco hasta que entró por completo.

Mi maid arqueo su espalda, me abrazo más fuerte, al mismo tiempo que se aferra fuerte a mi espalda con sus dedos, empecé a moverme lentamente, mientras metía mi lengua en su boca y la embestía.

— señor máx. Está muy dentro de mí, sabía que era grande, pero sentirlo es otra cosa. — me abrazaba con más fuerza con cada  embestía que le doy, la cama absorbía el impacto.

—señor máx. Yo, yo me... — metí mi lengua en su boca para callarla, mientras la embestía con más fuerza y rapidez, la espalda de mi maid se arqueó  más, soltó un largo y profundo gemido que no salió de nuestras bocas.

— señor máx. A, acabo de... — Soltó otro gemido, la puse boca abajo y aguante sus manos detrás de su espalda... 

Acaricio su cabeza, se había quedado dormía, no le había dado tregua, tal vez me pase era su primera vez, tenía una sonrisa en su rostro, la había acunado  junto a mí, me había intentado parar, pero ella me detuvo, lástima no pude ir por mi vaso de leche, ya son más de las 11 pm, mañana se acaban mis días libres y tendré que volver a ir a la empresa.

Me volteé para poder dormir, también tenía sueño, pegue mi frente a la de mi maid, le di un pequeño beso en sus labios y la voltee, la abrazo por detrás, mi maid  con su mano tocó uno de mis brazos.

— lo siento señor máx. No le traje su vaso de leche. 

— no te preocupes por eso, solo descansa, creo que me pase, mañana tendrás que despertarme así que duerme, linda maid  — la abrazo más fuerte.

— si señor máx. No, me gustó, buenas noches, señor máx.

Mi míad terminó de voltearse, la abracé con más fuerza, mis ojos se empezaron a cerrar.

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