...ALONZO RUSSO...
-¡¡Imploro perdón!!, ¡¡Por favor!! – Los gritos de dolor que le provoca mi pequeño juguete se hacen presente por toda la habitación, su sangre y partes de su piel se encuentran esparcidas por toda la mesa. Está atado de sus cuatro extremidades, no puede defenderse, y aunque no lo estuviera, no se atrevería porque sabe las consecuencias de su delito.
-Imploras que me detenga, así como esas niñas lo hicieron contigo. - Enclavo más el taladro, sin piedad alguna, perforando por completo su estómago.
-¡¡NOO!! - Se retuerce y grita. Todo el dolor que él pueda sentir, jamás se comparará con lo que sufrieron esas pequeñas de tan solo 13 años, violadas por una alimaña. Arruinó sus inocencias.
-Haz cometido una atrocidad, algo que no tiene mi perdón ni el de dios. Con este acto, has manchado el nombre de la familia, un disparo no es suficiente, sufrirás hasta tu último aliento.
Dejo el taladro en la mesa y quito mis guantes llenos de sangre. Camino a la puerta de acero donde me espera mi mano derecha, el que siempre me cubre la espalda, Fabricio.
-Córtenles los genitales. Tortúrenlo hasta que muera. – Doy la orden a mis demás hombres, todos asienten con la cabeza. Salgo de ese cuarto, diseñado para torturas y ubicado en un subterráneo.
-He hecho lo que me has pedido, las niñas ya están siendo tratadas. - Me dice Fabricio.
-Bien, no quiero que les falte nada.
-Así será.
Empezamos a caminar por el frío pasillo mientras escuchamos el eco de los gritos desgarradores. Entramos al elevador y subimos hasta la mansión.
-¿A qué horas saldremos?. – Me recargo en una de las paredes. Me siento cansado, estos días no he podido conciliar el sueño.
-Dentro de una hora. Nuestros hombres ya están listos, dejaremos a los mejores cuidando en nuestra ausencia. ¿Te sientes bien?, podemos posponer el viaje.
-No, eso no. Necesito ir a Estados Unidos. - Las puertas se abren. Caminamos hasta entrar a mi despacho.
-Haz encontrado más información sobre los tipos esos. - Cuestiono tomando una pastilla junto con un poco de agua.
-Los desgraciados no dejaron ningún rastro. En todas estas semanas no han atacado, pero pueden atacar en New York. Alonzo, podemos cerrar el trato aquí, en la casa, sin arriesgar tu vida. Tu eres el jefe, ¿quién se quedará a cargo si esos malditos te matan?, tu padre ya no tiene la fuerza suficiente para seguir en el cargo, está enfermo. No tienes hijos, ni siquiera una novia.
-No hablemos de romance. – Me hago el desinteresado. - Desde lo sucedido he estado pensando seriamente una respuesta a tu pregunta, y es por eso uno de los motivos por los que viajaré a Estados Unidos.
Fabricio sabe que nunca le fallaré.
-Bien. Me retiro.
Sale de mi despacho. Me recargo en el sillón y coloco mis manos en mi cara. Hace años que no viajo, siempre mando a terceros a supervisar los negocios, pero esta vez es algo que requiere mi presencia y la de muchos líderes.
-Mi niño, puedo pasar. - Es la voz de mi nana, reacomodo mi postura y la hago pasar.
-Mi niño, unas vocecitas me dijeron que viajarás a New York.
-Unas vocecitas. – Hago cara de no creerle nada. - o, ¿a quien sobornaste con tus deliciosas galletas? - Conozco a mi nana perfectamente.
-Me cachaste, solo quiero pedirte un favor, dale esto a mi niño Charles, son sus preferidos.
Me entrega una caja llena de dulces caseros, recuerdo que con Charles nunca nos cansábamos de comer los dulces de nana.
-Se los daré. - Me levanto del sillón con la caja en mi mano, dejo un beso en su frente y salgo. Subo a mi cuarto y tomo mi maleta, que previamente había empacado. Mis padres saben que viajaré, pero no saben a dónde, cuándo se enteren ya estaré del otro lado.
Llego a la puerta principal donde las camionetas están listas para llevarme al aeropuerto, con la emboscada de la última vez, es mejor viajar de civil.
La mayoría de las personas me conocen como un empresario multimillonario, dueño de inmensas propiedades en varias partes del mundo, solo los más allegados a mí y mi familia saben lo que realmente soy.
Fabricio con diez hombres y yo, viajaremos en el mismo avión, los demás llegarán en otro vuelo, y algunos se adelantaron a nuestra llegada. Como tengo una doble identidad la policía no sospecha nada, es fácil burlar la seguridad.
-Alonzo, todos están en posiciones. A la salida del aeropuerto nos esperará Donato para llevarnos a la residencia.
-Muy bien. – La pastilla que me tomé empieza hacer efecto, mis ojos se empiezan a cerrar.
...Horas después....
Al bajar del avión una brisa fría de lluvia me pega en el cuerpo, en este momento en Sicilia es un verano muy caluroso. Como Fabricio dijo; las camionetas nos están esperando.
-Alonzo, que bueno verte. – Dice Donato abriendo me la puerta.
-Tu ausencia se siente en la casa. - Le digo. Todos se suben y las camionetas arranca a la casa, que será nuestra estadía por un tiempo indefinido.
Asomo mi cabeza a la ventanilla, aprecio los edificios, las calles y el horrible tráfico que nunca cambiará. Es de noche y las luces dan una hermosa vista urbana.
Han pasado varios minutos desde que salimos del aeropuerto, aún seguimos en el auto. De tanto mirar las calles, la silueta de un hombre alto, fuerte y bien vestido, capta mi mirada.
-Donato, baja la velocidad. – Le ordeno. Observo a la persona que camina por la calle, ese caminar lo reconocería donde fuera. - Enciéndele las luces. – Le señalo.
-¡Has perdido la cabeza!. - No hago caso a Fabricio. Las luces no hacen que se detenga, ¿quién lo haría? Bajo el cristal y no me importa si hay gente.
-iiFratello mio!!
-Alonzo, ¿él es Charles? – Pregunta Dante confundido.
-¡¡Alonzo, fratello mio!!
Sabía que me reconocería, bajo del auto y abrazo a mi hermano.
...[La conversación es en italiano]...
-¡¡Charles, hermano!!
-Alonzo, pero que alegría verte.
El abrazo perdura por unos segundos hasta que.
-Veo que has venido por asuntos de la familia. - Me dice mirando a mis espaldas, mis hombres han bajado de las camionetas y rodeado.
-No te equivocas. No debemos hablar en la vía pública, es peligroso. Debo irme.
Me acerco a él y le hablo al oído. - Acabo de llegar, no sé cuánto tiempo será mi estancia, pero necesito hablar contigo.
-Yo también, toma.
Me da una tarjeta con su número de teléfono. - Te buscaré. - Le doy un último abrazo y regreso a la camioneta.
...Al día siguiente....
-Fabricio, ¿cuantas horas tengo para la reunión? - Checa el reloj en su muñeca.
-Tres horas. – Me responde.
-Saldré, pero estaré a tiempo para la reunión en el lugar acordado.
-Alonzo – Preocupante. - quieres dejar a Charles como jefe, ¿verdad?
-Sí. -Contesto seriamente y salgo de la casa.
Conduzco por la ciudad, sin ninguno de mis hombres. Extrañaba esta sensación, sentir que eres libre, sentir la brisa de Manhattan.
Todo iba bien hasta que el tráfico me obliga a detenerte, he quedado enfrente de una para de autobuses, algo me dice que voltee, muy raro, hago caso a mi instinto y lo que veo me deja maravillado: Una señorita, muy hermosa, sentada en la banca con sus audífonos puestos; se deja llevar por la música, mueve su pie al compás de la melodía, cierra sus ojos y muerde levemente sus labios…
...¡¡¡PI PI PI !!!...
El maldito Claxon de los autos me regresa a mis sentidos. Por primera vez me distraje con algo tan hermoso, volteo para mirarla de nuevo, pero ella ya no está.
...----------------...
Son dos mujeres distintas.
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Updated 45 Episodes
Comments
Ana Nuñez
guaooooo que locura
2024-05-18
1
Judith Garate
que bueno, no deseaba que los hermanos se pelearan por eso 👍😉
2024-01-09
11
Judith Garate
uta madre, ya habia pensado que el hermano podria obligarlo a tomar el puesto y no me equivoque y ahora la misma mujer 🤦🏼♀️, no puede ser, ¿se convertiran en enemigos por la misma mujer? ay noooo
2024-01-09
3