El espectáculo de peces continúa y yo, bueno, lo estoy disfrutando porque como sabrás, a mí me importa más holgazanear aquí con un completo desconocido que estar en clase.
Me encanta... sí porque éste es mi rollo.
¿A quién quiero engañar?, lo odio.
—¿Y cómo se supone que voy a ayudarte con esto?
La caja de tizas está retenida entre mis manos.
Mi rostro completamente inexpresivo, antes quería llorar pero, dudo mucho que la directora vaya a anular la expulsión por unas lágrimas de nada. Incluso si eso significa romper mi juramento de no llorar por nada que no sea un K-drama.
—Por ahora, toma ésto —el imitador de Yisus todopoderoso me arranca la caja de tizas de las manos, para depositar la bolsita con la comida para peces—, dales de comer, yo iré a por la pecera.
—Sí claro.
—No tardo nada.
Antes de que él pueda ir a ningún lado le agarro del brazo.
—Era sarcasmo, no me voy a quedar aquí sola.
¿Qué se cree? No es como que yo haya decidido estar aquí a voluntad ¿No?
Si miramos las cosas desde una perspectiva psicológica, él usó sus encantos hoyuelosos para forzarme a venir aquí. Yo, como cualquier otra adolescente con buen corazón, caí en su trampa ¿Y ahora pretende que me quedé con los peces?
Cuando Gigi dice que no, es no.
Él mira mi agarre en su mano, y luego a mí.
—¿Crees que me voy para que los profesores te encuentren y te castiguen?—sus palabras salen de su boca despacio, cuando gesticula sus hoyuelos se marcan ligeramente.
Gina reacciona, di algo.
»¿De verdad me ves capaz de algo así?—continua— ¿En serio?
Bueno, has metido peces en una piscina escolar, eso dice mucho.
—No lo sé, no te conozco.
Suelto mi agarre de su brazo y desvío mi mirada a la piscina, a los peces.
Él ríe.
Maldita sea que alguien apague su voz.
—Entonces, me presento —sigo sin mirarlo—, me llamo Bryar ¿Y tú?¿Cómo te llamas? Tienes cara de Federica o Paula.
Suspiro hondo.
Esto es surrealista, esto no tiene sentido. Se supone que la profesora de matemáticas me está esperando, este chico... Bryar, ha violado la puerta de la piscina y hay peces nadando en ella. Y, de todas las cosas que podríamos hacer en éstos momentos para solucionar o reducir algunos de los problemas, él elige ésto.
Presentarnos.
Desde luego Gigi, no le vamos a seguir el rollo.
Éste es el peor momento para "socializar", con puertas abusadas y peces de por medio.
De verdad, es lo más estúpido que...
—Mi nombre es Gina Michaels.
Bryar asiente con la cabeza.
—Con que Gina —sonríe—, al menos suena mejor que Eufrasia.