Solo existo por la imaginación propia de una persona, no tengo nada aparte de un cuerpo en blanco, como un extra, mi cuerpo cambiara, grande, pequeño, mujer o hombre, no importa, solo tomare la figura e impulsare la trama, solo eso.
Pero.
La persona frente a mí es diferente, muy diferente.
Bajo una luz brillante lo pude presenciar.
Su apariencia pronto cambiaria.
No sería un personaje como yo.
Está destinado a ser un protagonista.
El avanzará y caminará sobre un camino lleno de historias, historias que contaran su vida, su alegría y su tristeza, vida que una vez plasmada en la mente cambiará contantemente bajo un control inevitable.
...
Como lo supuso, aquel joven cambio, su rostro inexpresivo se movía acorde a los intereses de la autora, un ser sin emociones, un niño nacido de una luz, el hijo de un dios, interpreto varios papeles, pero su apariencia era la misma.
Por otro lado, el, bajo un control absoluto, miraba con ojos brillantes a aquel personaje que brillaba con solo aparecer.
Sus resplandecientes ojos, su suave sonrisa, su mirada juguetona, todo en él era encantador.
Es por eso que siempre se consideró fan de ese personaje.
Por eso, cuando de la nada su rostro tomo un cambio exagerado y el espacio en el que se encontraba había cambiado, no pudo evitar temblar.
¿Sera un protagonista? ¿Podrá formar parte de la historia de su ídolo?
Espera... ¿Si cumple con sus estándares? cuanto más bonito, más probabilidad había de que fuera parte de una subtrama.
Curioso miro el reflejo en la ventana que recién había sido creada.
¡Ah!
¡Bonito! ¡¿Él era esa persona en el reflejo?!
Su cabello blanco se había tonado esponjoso con un tono castaño rojizo, ahora en su rostro inexistente había unos tiernos y redondos ojos verdes.
Mientras más miraba su apariencia, más encantador estaba.
Mientras más veía su reflejo, sintió que alguien lo miraba fijamente, curioso volteo y miro a la persona detrás de él.
Pero al hacerlo, su cuerpo no pudo evitar temblar.
Su apariencia era distinta, muy distinta a la que el conocía, pero lo sabía, quien estaba frente a él era su ídolo.
Sus ojos negros brillaron como si un millón de estrellas estuvieran dentro de aquel cielo oscuro, el interés no disimulado y su coqueta sonrisa lo desestabilizo.
- Si seremos compañeros ¿no deberíamos presentarnos?
Por un momento no recordaba como hablar, pero el joven no se desesperó y camino con suavidad por todo el salón, luego en sus manos apareció un objeto extraño parecido a un reloj de arena, pero él joven solo lo ignoro y lo siguió mirando, y luego, sonrió levemente mientras hablaba suavemente.
- ¿Cuál es tu nombre?
Hipnotizado, solo pudo murmurar.
-Mi nombre es....