Esa mañana acudí a verlo como de costumbre, los nervios nublaban mis pensamientos por completo, ya que tenía poco que habíamos empezado a salir. A mi llegada, el amablemente me abrió la puerta y me invitó a entrar. Al dar los primeros pasos, pude divisar el jardín, el cual estaba lleno de flores y hojas verdes que cubrían toda la pared. Al recorrerlo, el viento soplaba con bastante timidez, pero aquel sonido era un deleite para el oído de cualquier ser humano.
Minutos después, yo me encontraba en la cocina preparando el desayuno, me asome por la pequeña abertura en la pared que daba al estudio, lo observé atentamente. La manera en que sus manos se movía al ritmo del teclado me fascinaba y la concentración que ponía en cada palabra era algo que admiraba mucho de el.
Al terminar mi actividad, me dispuse a llamarlo para compartir la mesa, pero un impulso se apoderó de mi, y fui hacía donde el estaba. Lo abracé por atrás y aspire su delicioso aroma, me quedé unos segundos ahí, hasta que mi mano se dirigió a su zona erogena principal.
-Podrias descansar unos minutos...-.Le susurré al oído mientras movía mi mano con cuidado.
-T-Tengo que terminar esto antes de las 12:00pm-. Me dijo con voz nerviosa.
-Sera rápido amor... Lo prometo...-.Le indique de manera insistente mientras besaba su cuello y mi mano procedía a moverse más rápido.
-Bue-bueno...-.Se volteo hacia mi y me empezó a besar apasionadamente.
El calor del momento, ocasionó que me pusiera arriba de él, lo tenía acorralado en ese pequeño sillón, mientras yo frotaba mi pelvis con la suya.
-Estas muy caliente y duro...- Le dije, mientras en ese momento, le desabotonaba el pantalón y sacaba su miembro. Al tocarlo directamente pude sentir su temperatura, textura y humedad.
En ese momento el se agarró fuertemente del sillón y me suplicó continúar, aparté mi ropa interior, tomé su miembro y lo frote directamente en mi entrada. La humedad de ambos se hacía evidente, ya que los ruidos húmedos se escucharon por toda la habitación.
-¿Quieres que te ayude a meterlo?. Le pregunté con una sonrisa algo coqueta y con un toque de maldad.
-S-si... Por favor, no aguanto más...-Me dijo mientras se mordía los labios y me miraba con lujuria.
Tomé con cuidado su miembro, acomode mis piernas y mi entrada, de tal manera que al dejar caer mis caderas entro perfectamente, su calor era algo adictivo y su dureza chocaba perfectamente en mi punto más sensible.
Empecé a mover mi cadera hacia adelante y hacia atrás, sintiendo todo el largo de su miembro en todos mis pliegues internos. Un poco de dolor se hacia presente pero era opacado por el roce continuo hacía mi punto G, me moví más rápido, ya que mi cuerpo suplicaba por más. Mis senos rebotaban sobre su cara, de tal manera que fue capaz de chuparlos y morderlos mientras continuabamos con las penetraciones desmedidas.
En un ataque de lujuria, el me colocó en la parte de abajo, puso mis piernas en sus hombros y dejor caer todo su peso sobre mi, con el objetivo penetrarme lo más profundamente posible.
-Estas muy adentro...-. Le dije mientras mis piernas temblaban.
-Tu me provocaste, ahora atente a las consecuencias...- Me dijo mientras sentí todo su miembro en mi interior.
Era tanto el dolor y el placer, que mordí su labio para poder sobrellevarlo, mientras unas lágrimas salían de mis ojos. En esos momentos sus manos rodearon mi cuello e hicieron una presión firme pero sin lastimarme. Me sentí tan sometida en esos instantes, que solo tuve la opción de dejarme llevar por la situación. Eso era algo relativamente nuevo para mí y debo admitir que me gustó que lo hiciera así. Dejarte llevar por los instintos y solo disfrutar del momento es algo tentador para cualquiera.
-Volteate...- Me ordenó con voz seria.
-¿Asi? .Le pregunté, mientras me ponia en cuatro y levantaba mi cadera para que él viera mi entrada cubierta por nuestros fluidos.
-Si...-Me dijo mientras acercaba su cara hacia mi y empezó a lamerla.
Sentí todos los movimientos de su lengua en mi sexo, mientras introducía al mismo tiempo dos de sus dedos en mi. Lo hacía demasiado rápido, tanto que aduras penas podía respirar de manera razonable. Mis piernas temblaban y de mi entrada brotaba bastante líquido. Él tomo un poco de este, y con uno de sus dedos empezó a masajear superficialmente mi estrecho esfínter.
-¿Que.. que piensas hacer?-. Le dije con una voz apenas audible.
-Relajate y verás...-.Dijo con una voz sumamente provocativa.
A estas alturas, no podía negarme a nada, mi mente estaba fuera de si, por lo que solo esperé su próximo movimiento. Introdujo su dedo pulgar y comenzó a moverlo de manera lenta y cuidadosa. Me estaba acostumbrado a esa nueva sensación cuando de repente sentí a su miembro penetrarme nuevamente por mi entrada habitual. Lo tenía en ambos lados, lo cual era algo inesperado pero extrañamente agradable.
-E-eres un tramposo...-. Le dije entre mis gemidos agitados.
-Tu eres la tramposa, me distrajiste de mi trabajo... Te tengo que castigar-.Me dijo en un tono algo burlón mientras me daba una fuerte nalgada.
En el éxtasis del momento, jalo mi cabello hacia atrás para que no pudiera moverme, las penetraciones se hicieron más fuertes y el movimiento de su dedo pulgar me estaba dando escalofríos.
-Por favor saca tu dedo... Me pone nerviosa-. Le dije mientras trata de mantener el equilibrio.
-Si lo saco, te meteré otra cosa... ¿Te gustaría intentar?. Me preguntó con curiosidad.
-No sé... Nunca lo he hecho...-. Le dije con voz nerviosa.
-Dejamelo a mi, tu solo relájate-.Se acomodo de tal manera que sentí como su sentido del gusto recorria esa zona y como sus dedos de movían hábilmente.
Me masajeo de tal manera que mi mente quedó en blanco, solo me entregué a esa sensación de placer que me estaba brindando.
-Voy a intentar penetrar, si es mucho para ti, dime qué pare...- Me dijo con un tono de lujuria y preocupacion a la vez.
-Esta bien...- Le respondí sin muchos argumentos.
Masajeo la punta de su miembro de manera superficial primero, podría sentír todo su calor palpitante y sus fluidos. Comenzó a meterla y como era de esperarse, una sensación de dolor y placer me invadió.
-Lento... Por favor, ve más lento...- Le dije mientras arqueaba mi espalda.
-Tu cuerpo me dice otra cosa...pero está bien...-.Me respondió.
Sentia cada movimiento de su miembro adentro de mi, como se abría paso en tan estrecho lugar, el dolor era algo inminente, pero para mí sorpresa fue sumamente placentero.
-Llegue al fondo...-.Me dijo mientras sonreía.
-Si, ya lo sentí...-. Respondí mientras las fuerzas de mis piernas se habían ido casi por completo.
-No seré amable contigo en los próximos minutos, solo quiero llenarte ese agujerito tuyo...-. Me dijo mientras me miraba lascivamente.
-No te detengas, hazme tuya de todas las maneras que quieras...- Respondí mientras abría más mis piernas.
Comenzó a penetrarme rápidamente, los impactos de su cadera en mis glúteos eran continuos y firmes. Con una de sus manos masajeaba mi clítoris y con la otra agarraba mis senos de manera desenfrenada, el tacto no era suficiente para demostrarnos lo mucho que nos deseábamos. Me llenó el cuello de besos y mordidas, él era una bestia, que solo quería saciar su apetito sexual de todas las formas posibles, yo solo era su presa, adicta al dolor y al placer de sus caricias.
Hizo que me corriera innumerables veces, de igual manera, el me llenó con su fluidos en diversas ocasiones. Ese día no comimos, no dormimos y no existimos para los demás, solo para nosotros.