Era la primera vez que iba a una fiesta, me sentía rara, pero sabía que eso se me pasaría si no decía nada a nadie. Luego de unas horas de charla empecé a tomar, ahí vi a mi vecino el cual era muy callado.
Cuando lo miraba estaba con cara como de amargado, así que no le dije nada hasta el amanecer. De repente me dijo “estas linda te puedo dar un beso” como me sentía un poco tomada decidí decirle que si, pero que lo hacía sin compromiso.
Luego del beso no dijo nada y se marchó lo cual me hizo pensar que no le había gustado, pero al rato regreso, se acercó a mí y me dijo que quería más, así que acepte y poco a poco pasamos de besos a caricias.
Cuando ya quiso que fuéramos a una habitación para pasar al siguiente nivel decidí no aceptar y me fui a saludar a otros amigos, pero admito que me quede con las ganas de seguir este juego perverso.
Como no éramos nada decidí besarme con otra persona que también me gustaba y él se dio cuenta, supongo que lo lastime. A pesar de que no éramos nada me sentí mal por él.
Luego de esto él no quería saber nada de mí, así que luego de unas horas me marche de la fiesta porque el ambiente ya estaba incómodo.
Luego de unos días le marque sin recibir respuesta y luego le pedí perdón por mensajes, pero ¿por qué perdón si no éramos nada? Me pregunté. El mensaje se había enviado y no había vuelta atrás.
Pedir perdón sirvió para que continuáramos hablando prácticamente todos los días y poco a poco me empezó a agradar. Confeso que sentía algo por mí, pero no pensé que fuera cierto.
Él me decía amor y todas las cosas que hacen los novios, pero yo no sentía nada por él, lo sucedido en la fiesta había sido más por los tragos que porque el sentimiento fuera mutuo.
Después de un tiempo ya hablábamos a diario al menos 10 minutos y así empezó a gustarme, me preguntaba si estaría loca o si era eso que todos llamamos amor.
Pasaron unas semanas y él se animó a pedirme que fuera su novia, no lo pensé mucho y acepte. Todo era maravilloso, las llamadas, nuestras escapadas, realmente todo era perfecto y por supuesto yo cada día más enamorada.
Con el pasar del tiempo poco a poco dejamos de tener comunicación y esto ya me estaba asustando, siempre trataba de buscarlo y de remar en la relación, sentía que era yo quien le metía más ganas.
Él no estaba poniendo de su parte así que empezamos a tener muchas discusiones donde estuvimos a punto de romper. A veces pensaba si el de verdad me amaba o solo quería estar conmigo por el sexo, aún no lo entiendo y siento que mi relación con él simplemente se quedó estancada.
Lo que empezó como una aventura de tragos termino en una decepción amorosa que dolió más de lo que podía suponer.