MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Sinopsis.

Mi vida era perfecta hasta que mis padres decidieron divorciarse. Un día entró otro tipo a mi casa usurpando el lugar que era de mi padre. Lo peor era que tenía un hijo, o sea, tendría un padrastro y un estúpido hermanastro, que al parecer albergaba los mismos resentimientos que yo, no quería una intrusa en sus vidas.

Dos niños obligados a crecer juntos con padres impuestos. Lo único que tenían en común era separar a sus padres y el odio que albergaban.

No se imaginan en lo que se convirtieron nuestras vidas, en lo que terminamos enredados. Los secretos más dolorosos salieron a la luz, a veces es mejor no saber la verdad. Nos odiamos a muerte, pero el destino jugó con nosotros porque cuando pasamos por los peores momentos por ilógico que parecía, sólo nos teníamos el uno al otro para apoyarnos. Entonces todo fue cambiando aunque no queríamos aceptarlo. ¿Qué loco no?

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MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

Prólogo.

La vida de Paola era perfecta… hasta que su mundo se partió en dos.

Era hija única. Amaba a sus padres, especialmente a su padre. Él era su orgullo, su héroe, el centro de su universo. Lo admiraba tanto, que solo veía la vida a través de sus ojos. Era una chica feliz, con todo lo que soñaba: una vida colmada de lujos, unos padres que, según ella, se amaban profundamente.

Siempre creyó que su familia era perfecta, hasta que sus padres decidieron divorciarse. Aquel día, el mundo que conocía se vino abajo. Jamás entendió porqué lo hicieron. En realidad, nadie quiso explicárselo. Desde entonces, culpó a su madre. Nunca logró superar aquella separación, y por eso, cada vez que su madre intentaba rehacer su vida, Paola se encargaba de sabotear esas relaciones.

Hasta que un día, todo cambió.

Un nuevo hombre cruzó la puerta de su casa, ocupando el lugar que le pertenecía a su padre. Y lo peor… tenía un hijo. Un padrastro y un estúpido hermanastro. Como si la vida no pudiera ser más cruel. Ese chico parecía cargar los mismos resentimientos que ella. No quería una intrusa en la vida de su padre. Eran dos niños rotos, con heridas similares, luchando por aferrarse a lo que alguna vez fue suyo.

Obligados a crecer bajo el mismo techo, con padres impuestos, se convirtieron en adolescentes que se odiaban a muerte. La convivencia no los acercó, al contrario, el resentimiento y el desprecio crecieron con cada día compartido. Solo una cosa los unía: su afán por separar a sus padres… y el profundo odio que sentían el uno por el otro.

Pero dicen que del odio al amor solo hay un paso. Y ellos comenzaron a convertir la vida del otro en un infierno: un caos constante, una guerra sin tregua. Sin embargo, el destino caprichoso como siempre se rebeló contra ellos, poniéndolos a prueba con situaciones tan difíciles que, sin buscarlo, terminaron siendo el único apoyo mutuo que les quedaba.

¿Cómo es posible que dos personas que se odiaban tanto pudieran darse estabilidad y paz?

¿Por qué, en los peores momentos, solo estaban ellos dos para sostenerse?

Nadie podría imaginar en qué se convirtieron sus vidas… ni en lo que terminaron enredados. Los secretos más dolorosos salieron a la luz. Porque quien busca, termina encontrando. Y a veces, es mejor no conocer la verdad.

Si el odio era intenso, ni se imaginan la atracción que crecía entre ellos.

Se odiaban con todas sus fuerzas, pero ese odio sin que pudieran evitarlo fue transformándose en algo más grande. Un sentimiento capaz de derribar cualquier muro, por alto que fuera.

Lucharon contra lo que sentían. Por orgullo, por miedo, por no querer salir heridos. Pero con los días, ese amor creció. A pesar del temor, entendieron que eran almas gemelas.

Decidieron bajar las armas.

Descubrieron que era mejor hacer el amor que la guerra.

Y aunque la vida les siguió poniendo obstáculos, tomados de la mano, sintieron que podían con todo.

Tuvieron que rebelarse contra el mundo entero.

¿Será que su amor es lo suficientemente fuerte para resistirlo todo?

¿Serán capaces de enfrentarlo todo… con tal de seguir juntos?