Perdí El Control II Esté Es Mi Funeral
Ellas
Aquella noche fue muy triste, ella estaba comprando unas cosas que necesitaba, era su primer día de trabajo; así que necesitaba ir presentable.
En la facultad todos le felicitaban por ser la mejor de la clase, siendo hija de una familia increíble...
En la facultad todos le felicitaban por ser la mejor de la clase, siendo hija de una familia increíble...
-Aquella dama se presenta con un estatus y belleza que solo ella conoce; refinada, con un talento audaz, fuerte y dominante...
Desde aquella vez todo cambió solía decir Camila, pues ella es de una de las mejores modelos y diseñadora.
Avril
Ya se me hizo tarde ¡demonios!
Avril
Otra vez me van a regañar
Camila se dirige a su trabajo
César luckman
Ten cuidado que te puedes caer
César luckman
Siempre se va tarde...
César luckman
*Trabajando en la laptop*
Avril
*Corriendo toma su auto y se dirige a su trabajo* Malditasea me van a despedir
César luckman
-Recibe una llamada -
César luckman
📲 Está bien *cuelga la llamada*
César luckman
Necesito terminar...
Alguien llega a interrumpir, César se dirige a abrir la puerta...
Llega al departamento que comparte con una dama, los dos pagan la misma cantidad; sin embargo, él se queda a dormir en la casa de su catedrática por cuestiones de embarcarse más a sus estudios, por lo tanto, tiene que dejar algunas cosas y a la dueña de quincenas con su compañera de cuarto, ya que es papá soltero...
Aquella dama es quien se encarga de cuidar por ratitos a la dueña de las quincenas de aquel caballero, que se encarga de estudiar en una de las mejores facultades de música, teatro y danza.
César
Puedo... encargartelas por unos días ?
Camila
Está bien -sonrie feliz-
César
Gracias te lo agradezco
Camila
No tienes por qué hacerlo.
Camila
Es agradable cuidar de ellas.
Camila
-riendose- Tranquilo, está bien.
bolitas de pelos
luckman
Aún no has acabado
luckman
Te tengo un regalo
luckman
Pero será después.
César está en el departamento, es el atardecer, ya se siente ese aire de despedida. Las dos gatitas, ajenas a la complejidad de la situación, están haciendo lo suyo. una está curiosa, olfateando las cosas de César que se van, y la otra está acurrucada en algún rincón, observando.
Él se acerca a ellas, con esa mezcla de cariño y un poco de tristeza o preocupación en la mirada.
El sonido de la puerta al cerrarse resonó en el pequeño departamento, un eco metálico que anunciaba la inminente partida de César.
César
Había dejado todo listo: los bultos de comida para gatas apilados junto a su cuenco, los juguetes favoritos de las pequeñas esparcidos estratégicamente por el salón, y el arenero impecable.
Dos pares de ojos felinos, uno más inquisitivo que el otro, seguían sus movimientos.
Una, de pelaje atigrado y curiosidad infinita, se acercó a olfatear el bolso que César dejaba junto a la entrada.
La otra, una bola de pelo negro azabache, observaba desde la seguridad del sofá, con las orejas ligeramente hacia atrás.
César
* se agachó, su voz teñida de una ternura que intentaba disimular la angustia*
César
Bueno, mis pequeñas reinas, *acariciando la cabeza de la atigrada que ronroneó en respuesta* papá tiene que irse a estudiar un ratito.
César
Ya saben, para ser un gran músico y todo eso.
* Se acercó al sofá y con delicadeza acarició a la gatita negra, que se dejó hacer por un instante antes de retirarse*
Camila
*Viendo cómo se despide César de sus bebés*
César
Camila las va a cuidar. Es buena gente, ¿eh? Ustedes pórtense bien, ¿vale? Y no hagan travesuras.
César
*Voltea a ver a Camila*
César
*Se levantó, echando una última mirada a las dos bolitas de pelo que eran su mundo*
César
*Luego, se giró hacia Camila, que observaba la escena con una mezcla de empatía y expectación*
César
Bueno, Camila *dijo, con una sonrisa forzada* ellas son...
Pequeñas
César
Ellas son Tigris y Noche...
César
* señalando a la gatita atigrada y a la negra*
César
Tigris es la curiosa, siempre está explorando.
César
Y Noche, bueno, es un poco más tímida, pero cuando se siente cómoda, es un amor.
Camila
*sonrió, sintiendo la calidez de la conexión que César tenía con sus pequeñas*
Camila
No te preocupes, César, las cuidaré como si fueran mías. *intentando infundir un poco de tranquilidad*
César
Gracias, de verdad. *su voz más suave*
César
Si las ves correr por la casa, no te asustes. Tigris puede ser un poco traviesa. Y Noche... bueno, si se esconde, solo dale tiempo. Le gusta explorar a su ritmo.
Mientras hablaban, Tigris se acercó a Camila, olfateando su pierna con curiosidad. Camila se agachó, extendiendo la mano lentamente...
Camila
Hola, Tigris. *sonriendo al ver cómo la gatita se acercaba más*
Tigris se frotó contra su mano, ronroneando suavemente.
César
Ves... *dijo aliviado*
Es un buen signo. Ella siempre hace eso cuando le gusta alguien
César
Noche, sin embargo, permanecía en su rincón, observando con cautela.
César
*se agachó un poco más, mirando a su gatita* Noche, ven aquí, cariño. No le tengas miedo. Camila es buena persona...
Noche parpadeó lentamente, un gesto de confianza en el mundo felino, pero no se movió.
César
*se volvió hacia Camila* Si no la ves al principio, está bien. Dale su espacio. Cuando esté lista, vendrá a ti.
Camila
*asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad*
Lo entiendo, las haré sentir en casa, no te preocupes.
César
*Miró el reloj, el tiempo se le estaba escapando* Bueno, tengo que irme.
César
Recuerda, su comida está en la cocina y no olvides cambiarles el arenero. Y si necesitas algo, no dudes en llamarme
Camila
Lo haré. *prometió, sintiendo una conexión con César y las gatitas empezaba a formarse*
Camila
Tú concéntrate en tus estudios. Ellas y yo estaremos bien.
César
*Sonrió, un poco más relajado, se agachó una última vez, acariciando a Tigris*
Cuida de ellas, por favor. Son todo lo que tengo.
Con un último vistazo a sus pequeñas, César se dirigió a la puerta.
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