Fue tan fácil enamorarse como también haberlo dejado ir.
Milai Gensin volverá al pasado para evitar la muerte de la persona que amo, un amor no correspondido que le costó dejar.
Volviendo al pasado descubrirá lo que una vez olvido, regresando para ser feliz con el chico que regresó en el tiempo para hacerla feliz.
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Capítulo 8
La distancia era lo mejor
"Pero el pasado cambiara cuando hagas algo por cambiarlo"
El día estaba nublado, la lluvia se avecinaba pero eso no era ningún impedimento para asistir al instituto, no dudo que muchos quisieron quedarse en su cama todos calentitos porque afuera estaba el frío acogedor junto con un balde de agua fría.
Los maestros parecían inmunes a la lluvia, por no decir que parecían hechos de piedra con la mirada "De este lugar nadie me mueve". El maestro Olivera esta vez no revisó el uniforme, así que estábamos disponibles para llevar nuestra cobija.
Al ver a Hiroshi no dudé en dar la vuelta en retrospectiva, estaba hecha un manojo de nervios y eso no era todo, parecía un jugador de sumo, mis padres tuvieron la brillante idea de ponerme como tres capas de abrigos, la mascada más gruesa que existe y un gorro que para nada era lindo.
Había pasado un fin de semana del partido de Hiroshi en donde me levantó como costal de papa y me llevó a un lugar extrañamente radiante...
El lugar era un restaurante al estilo urbano, lleno de grafitos preciosos aparte de que la atención era bastante buena... La dueña del lugar, una mujer morena alta con un buen cuerpo, se acercó a Hiroshi, quien parecía que ellos dos ya se conocían...
La señora se presentó como Sofia, era una colombiana con mucho estilo y encanto, ella me analizó un poco para después dar una mirada de aprobación. Me sentí como una nuera que es inspeccionada por su suegra y el novio espera sentado la última palabra.
Su encanto de ese lugar era que el menú era todo con un poco de picante, no era más que poco, lo supe cuando mis mejillas se calentaron y las lágrimas salieron.
Hiroshi se lo comió como todo un galán al que no le afectaba nada. Lo odie por no decirme nada, pero como siempre, Hiroshi se ríe de mi presencia, de mi estado, haciendo que pida de puntitas un vaso de agua.
Al estirarme para robar el vaso de agua en manos del tirano, supe su altura, era bastante alto tanto que no noté que yo era pequeña, no fue sólo eso, si no que su fragancia hizo que mi corazón se exaltara más cuando el condenado puso su rostro muy cerca del mío. Esos labios rosas pálidos, estaban rojos, apetecibles eran por el picante, nos miramos fijamente, después observé mis labios y no pude evitar mirar sus labios sin descaro. Por suerte la Señora Sofia apareció con un vaso de leche.
Ese momento pasó rápido pero no los latidos de mi corazón, ya no estaba roja por el picante, sino por esos labios seductores que sin duda eran ilegales. Estaba segura.
Tomé el vaso de leche y supe que era un buen remedio para el picante. Nota mental cuando algo pique demasiado toma un vaso de leche, eso te trae de vuelta a la tierra...
Volviendo al presente, no pude huir porque ni siquiera podía moverme a una velocidad normal, así que el tirano me tomó del abrigo el cual tenía una cangurera, para no dejarme ninguna alternativa de escape...
—Huyendo de mi Duquesa— soltó una risa pícara y burlona.
—No, ni que fueras alguien importante —al momento de dar la vuelta para mirarlo, mis ojos fueron directos a esos labios.
Por Dios Milai que diablos. Esto no está yendo nada bien. Ya no sé ni lo que siento.
Un lío en mi cabeza, la batalla del bien y el mal.
—Duquesa porque pareces un rico mochi —me analizo para después soltar unas disparates— Estas apetecible que tal si te como.
—¡Cállate tirano de pacotilla! —empecé a golpearlo, lo cual no tuvo éxito alguno. Él parecía recibir cosquillas de mi parte, más que golpes.
Al estar tan entretenida con el tirano, Logan pasó por nuestro lado, sin decir nada como si nuestra existencia no le importara. Vi su espalda marcharse, y me dije a mí misma que era lo mejor, así que suspiré y sólo sonreí.
—Esto no me gusta —chasqueó la lengua e hizo un mohín sin mirarme.
Al verlo no supe si reír o hacer como si no me diese cuenta, así que quise verlo a los ojos pero no me lo permitió, estuvo esquivando mis miradas por unos segundos.
Hubiéramos estado horas así, porque él no sabe perder y yo tampoco, si no fuera por una voz que hizo que me estremeciera, que dejara de pensar y que solo mirara al pasillo donde se encontraba el dueño de esa voz.
—Mila hoy jugaré, quiero que vengas — anunció Logan con una seriedad de la cual sabía que no estaba bromeando.
Después de tanto tiempo me habló, estaba feliz pero a la vez no.
— Logan yo ... — quise persuadir a su anuncio pero no me dejó, se fue con un "te esperare" si obtener una respuesta por parte mía.
Estaba feliz de que me hablara pero no estaba feliz de ir a su partido, en este partido él entregaría su camiseta a Keiko, con un beso en la mejilla y una dedicación de victoria, no soy tan fuerte como para soportar.
Pero con el tiempo al verlos juntos ya no se hacía tan insoportable.
Aún así no sé la reacción que tendré en ese momento, sería bueno apoyarlo y que todo vuelva a hacer como antes, aunque no tenga su amor, quiero su amistad, los años que pase a su lado no los olvido, como tampoco olvido el pasado, es un buen momento para decirle adiós a mi primer amor y sólo ser feliz con su amistad.
—No vallas— me sacó de mis pensamientos, lo mire confundida, pero ese rostro era más serio y sincero que no pude evitar mirarlo. —Te lo pido, no vallas Milai, quédate conmigo hoy— me ofreció sin ninguna inmunidad.
No entendía por qué, no entendía el hecho de que no me dejara ir, Hiroshi solo se quedó callado después de eso esperando mi respuesta...
Antes de que responda algo, el timbre sonó, y Hiroshi me dijo "te espero en la puerta de la salida" y se fue sin más que decir.
Quedé entre la espada y la pared, y después de las clases era el partido del cual todos se quedarían a ver, pero Hiroshi me dijo que me esperaría en la puerta de la salida a la cual nadie iría.
Las clases pasaron como ráfaga de electricidad, en todas ellas ninguna me tocó con Hiroshi, de hecho, él no vino a ninguna clase... Me estaban dando tiempo para pensar, las clases no estaban como todas las veces y esto era por el partido, si nuestro instituto lograba ganar, estaba clasificado pero sino, bueno eso no creo que pase.
Ir al partido era tan buena idea como mala, tengo miedo a sentir lo que sentí ese día, pero también siento que si voy podré poner fin a muchas cosas, a heridas que debí cerrar desde un principio. Desde el momento en que supe que Logan sólo tenía ojos para Keiko, afrontar las heridas es valiente y por esta vez quiero ser valiente, lo siento Hiroshi pero tú no entenderías por lo que pase para volver a tener otra oportunidad.
El partido estaba dichoso de gritos, la lluvia había parado dejando como regalo el olor a tierra mojada, para mí era un deleite no sé para muchos, busqué a Hiroshi pero no lo encontré, supe que sólo lo encontraría en la salida. Vería el partido, sólo la escena en donde todo empezaba y enfrentarme a mi yo del pasado y dejarlo partir.
Había muchas personas pero las bancas de adelante parecían invisibles y nadie se sentó ahí, exceptuando una chica japonesa de belleza natural. Keiko estaba con un abrigo simple de color rosa que le hacía lucir elegante, y su cabello negro estaba liso y suelto.
Estaba justamente como en el pasado, en cambio yo parecía más un sumo o saco de boxeo. Me moví con dificultad pero lo conseguí.
— Sato ¿viendo el partido? — pregunté para hablar con ella, mientras empezaba el partido.
Mi pregunta fue tonta, como le pregunto si ve el partido, a que se supone que vinieron todos. Milai, a veces no piensas, tu cerebro se va de vacaciones y la riegas.
—Gensin San, estoy contenta de verte— sonrió de una manera amable.
Ella ganaría el concurso de adorable potente.
—Por qué humillarse Mila, no sabes que este sitio sólo es para Keiko —sacó su veneno en cuanto me vio.
Loaiza no pasaba nada por alto, en cuanto me vio se río de mi vestimenta, y aparte de soltar su veneno, me iría a otro lugar si tan sólo hubiera uno. El maldito destino quería que presenciara mi derrota; era una batalla en la que pido perdón y él se enorgullece con sus lentes negros y un cigarro.
— ¡¿Me estás ignorando?! —me sacó de mis viajes mentales, con su chillona voz.
—Sato, una gata en celo se metió al campo deportivo —la miro con gran angustia— Pobre gatita, no sabe que este no es su lugar.
Loaiza hizo un berrinche y por poco la desgraciada me golpea y con mis movimientos súper lentos dudo que le haga revancha. El silbato sonó y eso fue mi salida de escape.
Ella y sus aliadas se fueron con la cabeza respingada, sus narices estaban hechas de alfiler, mis ojos no me mentían. Keiko a mi lado sólo me sonrió, ella había entendido lo que dije y solo se río. ¡Qué dulce podía verse, era igual a Hiroshi!
Al acordarme de él, recordé que fue en la semana donde dejé de hablar con Logan y me dispuse a alejarme, aparte de la trastada del Karaoke. A mi modo de detective, sabía que no podía confiar en Loaiza, ya que, se había acercado a Keiko con malas intenciones, de la misma manera que lo hice yo. Volviendo al caso, escuché cómo ella decía que interferirá con la cita de la feliz pareja.
No dudé en ir con mis atuendos de espía y observarlos desde lejos, obstruyendo cada movimiento de la víbora digo de Loaiza. Ella hizo muchas cosas tontas, desde ponerle un pie a Keiko para que caiga, hasta hacer que en los juegos se emparejara con otro.
Eso parecería más una pelea de una niña mimada y revoltosa. Quise irme pero por ocurrencias mías caí en un lugar en donde ellos me iban a ver. Estaba toda sospechosa, qué iba a decir, pero una mano hizo que me levantara y corriera de la mano con el sujeto desconocido.
Sus manos frías lo delataron, él llevaba el mismo atuendo que yo, Hiroshi me rescató para después cobrarlas, ese tirano no dejaba nada sin pagar. La paga fue pasar toda la noche con él, en un maldito laberinto del terror. No dude en gritar y abrazarme de él, claro que eso al tirano no le hizo ni estremecer, sólo se río de mis pequeños gritos.
Ese día me sentí tonta al seguir a la pareja feliz porque su contrincante no era más que una niña, y estafada porque el tirano aprovechó la oportunidad para hacerme gritar de todo y de nada esa noche.
De solo pensarlo ahora lo extraño, y los latidos de mi corazón se hicieron notar...
—Gensin San ¿Estás nerviosa? —preguntó una Keiko preocupada al verme con las mejillas rojas y el corazón en la mano.
Créeme cuando te digo que el único culpable es ese tirano y es tu hermano.
—No, claro que no— negué con las manos, sonriendo tratando de evitar cualquier mal entendido.
El silbato había sonado y los equipos habían salido al centro del campo, no me percate de nada, sólo los vi botar una moneda para ver quién empezaba o sacaba. La verdad es que no sabía nada de este partido, en serio, que miraba en los partidos, claro a Logan pero sólo eso... Me doy pena ajena.
Logan se sacó el casco que tenía, ese cabello nunca estuvo peinado por dios amigo péinate, por cada paso que daba hacia nosotras venía un recuerdo, tal vez esta si era la despedida, sonreí al ver que estaba feliz, después de todo quien interfería en tu felicidad era yo. Se acercaba más y supe que ellos dos estaban destinados, cuando estuvo frente a frente no dudé en retroceder y despedirme en voz baja.
Se sacó la camiseta con una gran amplitud en su sonrisa, para después decir:
—¡Viniste Mila! —me dio un beso en la mejilla poniendo la camiseta en mis manos —Esto te pertenece —dijo con un sonrojo en las mejillas.
No pude pensar, los sentimientos encontrados no eran para nada favorables a Logan Harper. Nada era como pensaba.
Muchas gracias 😘 🙂 😊
Gracias 🙂
sin la h no existe la palabra.
Que bien que haya dado un paso a un lado y con esa simple acción estaría dando un paso seguro a su felicidad 😊.
A veces nos obsesionamos y nos olvidamos de esos pequeños detalles que ahora recuerda...
Buena historia 👍