La venganza sería la manifestación de la emoción pura, mientras que el castigo lo sería de la razón pura. Después de la muerte de su padre a manos de un líder terrorista, nuestra fénix como es llamada Cristin en la agencia de seguridad nacional. Busca el castigo para el asesino de su padre, así logra que él atente contra su vida, en ese despiadado acto Cristin pierde a su única hija, llevándola ha perder el camino. Pero al igual que el fénix, resurgirá de las cenizas para buscar justicia por el amor que le fue arrebatado. Zaid era un pequeño que vivía en la calle, adoptado por Yassir el enemigo de Cristin nuestra agente que sigue sus pasos, pero su verdadero nombre era Gael. en cierto momento queda dividido entre proteger al fénix o proteger al que ha sido su salvador y su padre toda su vida. El amor no siempre es sencillo, o leal, o romántico, también sabe ser amargo y doloroso. Podrán Zaid y Cristin sanar sus heridas, para poder tener un futuro distinto al que les fue impuesto.
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Amores extraños
Capítulo 23
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El sol de Cartagena entraba por el ventanal de la habitación, Cristin estaba profundamente dormida. Zaid como siempre despertó primero, se dispuso a acariciar la espalda de Marina con sus labios, poco a poco la hizo despertar.
—Buenos días.—saludaba Zaid y se acercó para besarla
—Buenos días, ¿qué plan tienes para hoy?.—preguntó Cristin
—Fácil, quedarme contigo en la cama, debo recuperar todos los días que estuve sin ti.—respondió Zaid mientras se acercaba para besar y acariciar su cuello.
Zaid se acomodaba de nuevo sobre ella para besarla y acariciarla, necesitaba seguir sintiendo su cuerpo junto al de él, estaba perdido por ella. Se colocó entre sus piernas para llenarla de caricias y besos que la dejaran sin aliento, ese sentido de urgencia por hacerla suya hacía que su deseo creciera, Cristin se estremecía con el rose de sus manos y el sabor de su boca.
—Ha pasado mucho tiempo desde que sentí una enorme pasión por alguien, quiero consumirme una vez más en tu fuego.—decía Gael
—Entonces no te reprimas, vivámoslo.—respondió Marina
Zaid no dudó en besar y acariciar cada centímetro de ella, con sus labios y lengua acariciaba sus senos, sus piernas después sujetó ambas manos para poder unirse a ella y embestirla tiernamente, escuchar sus gemidos lo hacían perderse en el fuego de la pasión, cambiaron de posición y Marina se montón sobre el, el movimiento de sus caderas enloquecía a Zaid. Los gemidos de ambos estaban sincronizados, ella no dejaba de moverse, tenía el control de esa situación tan apasionada. Mientras Zaid deslizaba su mano desde su vientre hacia sus senos, se sentía realmente conectado con ella, no quería estar lejos de Marina. Estaba realmente teniendo sentimientos por ella, por eso y más renunciaba a todas las mujeres, para solo pertenecer a ella.
Más tarde Mateo iba a buscar a Marina, ya que no había tenido noticias de ella desde el día anterior. Al llegar hasta la puerta de su habitación había dos hombres cuidando la puerta, de inmediato se pusieron alerta.
—No puede interrumpir a nuestro jefe.—dijo Zeus
—No vengo con tu jefe, vengo a buscar a mi invitada.—respondió Mateo que también traía su guardaespaldas, en ese momento llegó Abdul
—Tranquilos, Zeus yo me encargo. ¿Señor?.—preguntó Abdul
—Soy Mateo Roiter.—respondió
—Un placer soy Abdul, sé que la señorita Marina es su invitada pero cómo pudo darse cuenta, hay un ligero cambio de planes. Amablemente le pedimos que se aleje de ella.—le advertía Abdul mientras le mostraba sus armas para intimidarlo.
—No, no entienden. Marina es una mujer libre, y si ella no quiere que me aleje no lo voy hacer. Llegó conmigo y se irá conmigo. Es más hazla venir y que me lo diga personalmente.—lo retaba Mateo, al igual que Zaid él estaba acostumbrado a que nadie le diera órdenes, su reacción no era porque Marina estuviera con otro hombre, era por orgullo de salirse con la suya y ganar.
—Ya escuchaste que te largues.—interrumpió Zaid mientras salía a ver que sucedía afuera de la habitación, no le importó salir en bata de baño.
—así como le dije a tus perros, te lo voy a decir a ti. Que Marina me lo diga, no eres su dueño. Te voy a decir ¿por qué?, todo este tiempo que hemos estado saliendo, ni una sola vez te había mencionado. Así que llámala.—respondió Mateo sin mostrarle un mínimo de miedo
—No entiendes nada, no te quiero cerca de mi mujer. Pero si quieres pasar el ridículo frente a ella, allá tú.—dijo Zaid mientras se acercaba a la puerta para llamar a Marina.—Cariño, ¿puedes venir?, te busca tu amigo.—decía Zaid, por un momento Marina se había olvidado de Mateo. Al salir se sorprendió de ver a todos en el pasillo.
—Buenos días a todos.—saludó incómoda Marina, y si pudo notar que estaba todo muy tenso en ese momento.—Mateo disculpa que no me haya comunicado.—decía Marina
—Trabajé un rato, pero tengo tiempo libre para salir a donde te había prometido. Te espero a que te bañes.—decía Mateo con la esperanza de que ella dejara a Gael
—Pensaba quedarme con Gael, quiere que volvamos hoy mismo a Cali. Espero que me entiendas, cubriré los gastos que te haya generado el venir contigo.—sin mentiras Marina había rechazado a Mateo
—Entiendo, no te preocupes yo te invité para que conocieras. Me alegra que hayan coincidido, cuando tengas oportunidad búscame. Entonces me voy, cuídate.—se despidió Mateo con una sonrisa y le dio un beso en la mejilla, se dio la media vuelta junto con su guardaespaldas para dejarla a solas con Gael
Zaid se acercó para abrazar a Marina, al mismo tiempo limpiar el beso que le había dado Mateo en la mejilla. No quería rastros de él, sobre su amada.
—Cariño, ¿quieres ir con él? yo no me opongo. Después de todo solo es tu amigo.—dijo Zaid
—No, como bien lo dices es solo mi amigo sé que lo entendió.—respondió Cristin
—Cuando estemos en Cali hay que invitarlo a cenar con nosotros, quiero agradecer todas sus atenciones que tuvo contigo.—decía Zaid
—Esta bien, es hora de bañarnos para regresar a Cali.—dijo Marina mientras tomaba la mano de Gael para entrar a la habitación.
—Adelántate debo hablar con Abdul.—dijo Zaid y la besó una vez más, Cristin entró para esperarlo. En cuanto se quedaron a solas—Tienen una nueva encomienda, investiguen todo de Mateo, dije todo, cuando tengan la información tomare decisiones. Que lo vigilen día y noche de ser necesario, no quiero que se acerque a mi mujer. ¿Entendido?—preguntó Zaid
—Por supuesto.—respondieron en coro
—Marina se va a enojar si se entera.—agregó Abdul
—Déjamelo a mí, hay que usar la inteligencia e ir un paso adelante del enemigo, Mateo no necesita que yo intervenga, él solo se va a encargar de ganarse el desprecio de mi mujer, ya lo verán.—respondió Zaid
Dicen que en la guerra y el amor todo se vale, las malas acciones, a veces terminan vistiéndose de buenas intenciones. Zaid no estaba dispuesto a que otro hombre se acercara a Marina, veía a través de Mateo intenciones de conquistarla. Pero de ser necesario lo borraría del mapa antes de que siquiera intentará arrebatársela.
Después de darse un baño juntos y arreglar la maleta de Marina, salieron rumbo al aeropuerto. Zaid dio la orden de no llamarlo por su nombre durante todo el viaje. Al llegar al andén donde estaba esperándolos su avión privado, Cristin quedó asombrada.
—¿Qué pasa?.—preguntó Zaid
—Debes ser realmente muy rico para tener tu propio avión, ¿te dedicas a la mafia?.—preguntó Cristin
—No, pero si son mis clientes. Tenemos cadenas de hoteles a nivel mundial, casinos en las vegas, pozos petroleros y también nos dedicamos a la minería.—respondió Zaid, no era mentira. Pero detrás de todos los negocios de los Abad el principal era el tráfico de todo tipo, era la familia más poderosa de Irán. Y ahora de la mafia de Milán y toda la organización.
—¿Entonces lavas dinero para todos los criminales?.—preguntó Cristin
—No, solo les vendo lo que me piden. En cuanto a invertir en los negocios que tenemos, a veces. ¿Me estás investigando?.—pregunto Zaid, inmediatamente cambió su semblante, se volvía sombrío.
—Claro que no, solo soy curiosa lo siento.—respondió Cristin y se acercó para besarlo
Cristin tenía el presentimiento de que algo no estaba bien con Gael, pero ya lo había investigado y no había rastro alguno de quién era. Solo un nombre estaba ligado a él, el de su madre Artemisa Georgiou que estaba desaparecida desde hace años o tal vez muerta. Durante todo el vuelo conversaban de algunas experiencias, ella lo llenaba de ternura y acariciaba su cabello mientras él permanecía acostado en sus piernas. Zaid se veía inmensamente feliz al lado de Marina. Ya no podía ocultarlo, pero Abdul solo esperaba que no fuera contraproducente que ella se quedara cerca de su jefe, definitivamente observaba un amor extraño entre ellos.
si así está escrita está noveltonn, como será en la vida real, debe ser uff más horrible aún